Murió Toti Ciliberto, ícono del humor televisivo argentino

Fue una cara entrañable de la televisión, un cuerpo al servicio de la risa y una voz que, pese al desgaste, siempre supo encontrar el tono justo para provocar carcajadas. Salvador “Toti” Ciliberto murió a los 63 años tras sufrir una hemorragia interna y un posterior paro cardíaco. La noticia fue confirmada a Teleshow por su amigo y colega Larry de Clay, con quien compartió años de humor y escenarios en el emblemático VideoMatch.

Ciliberto se convirtió en una de las figuras más reconocidas del programa que, en los años noventa, lideraba el rating de la televisión argentina. Su ingreso en 1992 marcó un antes y un después en su carrera, pasando de profesor de educación física a humorista de alcance nacional. Su estilo desbordante, su expresividad y su dominio del absurdo hicieron de él una figura irrepetible dentro del género.

A lo largo de su carrera, interpretó personajes memorables, participó en ciclos como Adivina adivinador y en películas como Vivir intentando y Brigada explosiva: misión pirata. Pero detrás del humor, Toti libraba una batalla silenciosa contra las adicciones. En una recordada entrevista con Gastón Pauls en Seres Libres, confesó haber atravesado momentos oscuros marcados por la cocaína. “Creés que te ayuda a estar más pila. Hasta que te das cuenta de que te está matando”, dijo en aquella ocasión.

Fue la fe y su familia lo que lo ayudó a salir adelante. En los últimos años, lejos de los flashes, se volcó al teatro comunitario y la música. Con su banda Toti y los Cilibertos, recorría el país con un show que combinaba humor, música y testimonio personal. “Más que actuar, les enseñaba a estar bien consigo mismos”, relataban quienes compartieron proyectos con él.

Sus últimas apariciones públicas lo mostraban sereno, comprometido con causas sociales y espirituales, dando charlas motivacionales y clases gratuitas de actuación. Había dejado atrás los excesos, abrazando una vida con sentido más allá de los aplausos.

Hoy, sus hijos, amigos y excompañeros lo despiden con lágrimas y gratitud. El país recuerda al comediante que supo hacer reír incluso cuando por dentro lloraba. Y que logró, finalmente, transformar su dolor en testimonio de esperanza.