El Trágico Caso de Solange Magnano: Una Historia de Belleza que Terminó en Tragedia

La modelo que murió tras un aumento de glúteos tenía silicona hasta en el cerebro.

Espectáculos 11 de septiembre de 2023 Novedades del  Sur Novedades del Sur
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Solange Magnano, una de las modelos más destacadas de Argentina, perdió su vida de manera trágica en 2009 después de someterse a un tratamiento estético para resaltar su cola. Su caso, que conmocionó al país, reveló una serie de eventos impactantes que llevaron a su triste destino.

En 1994, Solange Magnano se consagró como Miss Argentina, y con el paso de los años, continuó su carrera en el mundo de la moda. Sin embargo, en un intento por mejorar su figura, decidió someterse a un procedimiento estético en el que le inyectaron metacrilato en sus glúteos, una práctica peligrosa que también fue utilizada por otras personalidades, como Silvina Luna.

El 26 de noviembre de 2009, Solange viajó desde su Córdoba natal a Buenos Aires para realizarse el procedimiento con Mónica Portnoy, una médica a quien había conocido a través de la televisión. Sin embargo, unas pocas horas después de recibir las inyecciones, comenzó a experimentar intensos dolores y fue trasladada de urgencia al Hospital Fernández. Luego, la derivaron a la terapia intensiva del Sanatorio Itoriz, en Avellaneda.

Con dificultades para respirar y un malestar insoportable, Solange logró hablar por última vez con su esposo, Gustavo Rosso, a quien le pidió perdón por el error que había cometido al someterse al procedimiento. Trágicamente, falleció el 29 de noviembre de 2009 debido a un tromboembolismo pulmonar causado por la silicona líquida que le habían inyectado para corregir el metacrilato.

Siete meses después de su muerte, Gustavo Rosso, su esposo, reveló una verdad aterradora durante una entrevista en Cadena 3. Los peritos encontraron silicona líquida en cantidades industriales en el cuerpo de Solange, llegando incluso hasta su cerebro. Este uso desmedido de silicona líquida era completamente inapropiado y peligroso, y fue una de las principales causas de su trágico desenlace.

La médica Mónica Portnoy, responsable del procedimiento, fue demandada por la familia de Solange Magnano. En 2013, fue condenada a dos años de prisión en suspenso y cinco años de inhabilitación profesional. Esta sentencia dejó a Gustavo Rosso en estado de shock, y expresó su indignación en las redes sociales, cuestionando el mensaje que se enviaba a la sociedad al permitir que médicos inescrupulosos escaparan con consecuencias tan leves por sus acciones mortales.

El reconocido diseñador Roberto Piazza, para quien Solange trabajaba, recordó a la modelo como una de las más bellas y educadas con las que había trabajado. Afirmó que era una mujer perfecta y que lamentablemente nadie la asesoró adecuadamente sobre el procedimiento al que se sometió.

Roberto Piazza también acusó a la médica Mónica Portnoy de tapar el caso con influencias y dinero, calificándola como una "psicópata asesina". El caso de Solange Magnano sigue siendo un recordatorio escalofriante de los riesgos que conllevan los procedimientos estéticos mal realizados y la importancia de una regulación más estricta en la industria de la belleza.

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