El rating acompañó de principio a fin la entrega de los Martín Fierro. Desde temprano y durante la típica transmisión previa a la ceremonia, los canales estaban pendientes del arribo de Jey Mammón, el conductor ahora cancelado por una parte del mundo del espectáculo que admite como ciertas las acusaciones de abuso sexual en su contra.

Hacía por lo menos 15 días que se especulaba con un eventual triunfo de La Peña de Morfi, el programa que lo tuvo como máxima figura tras la desaparición de Gerardo Rozin. Lo cierto es que Jey llegó alrededor de las 11 de la noche cuando el programa ya había perdido en la categoría "musical" a manos de "Puente Musical".

 
El rating acompañó de principio a fin la entrega de los Martín Fierro. Desde temprano y durante la típica transmisión previa a la ceremonia, los canales estaban pendientes del arribo de Jey Mammón, el conductor ahora cancelado por una parte del mundo del espectáculo que admite como ciertas las acusaciones de abuso sexual en su contra.

Hacía por lo menos 15 días que se especulaba con un eventual triunfo de La Peña de Morfi, el programa que lo tuvo como máxima figura tras la desaparición de Gerardo Rozin. Lo cierto es que Jey llegó alrededor de las 11 de la noche cuando el programa ya había perdido en la categoría "musical" a manos de "Puente Musical".

 Cuando se sentó en la mesa asignada, junto a Jésica Cirio y otra gente de La Peña, fue evidente la cara de pocos amigos de la co conductora que seguro contrajo tortícolis de tanto mirar para el otro lado. Sin embargo, la gente del portal Big Bang News logró "la" foto, una en la que sonríen tres de los que se encontraban en la que para entonces era la mesa más espiada del Hilton.

Mientras el conductor entraba al lugar de la entrega, su presunta víctima, Lucas, realizaba un vivo en sus redes sociales reclamando el repudio popular a los presuntos delitos cometidos por su perpetrador.

A las puertas del Hilton manifestaron la noche del domingo, directivos, activistas y afiliados al Sindicato Argentino de Televisión Servicios Audiovisuales Interactivos y de Datos (Satsaid), la entidad que está reclamando mejores salarios y condiciones de trabajo.

A diferencia de otras ocasiones en la que los organizadores evitan cualquier mención a pedidos de esa índole, esta vez tanto el presidente de Aptra, Luis Ventura, como el conductor Santiago del Moro nombraron a los manifestantes e hicieron conocer de su presencia en la calle.

Cuando Susana Giménez arribó al lugar, los trabajadores arrancaron a cantar "sos gorila/ Susana sos gorila", imputación que no hizo mella en la diva que tuvo una noche de reconocimiento en el salón principal.

Recibió de manos de Mirtha Legrand el Martín Fierro a la trayectoria y después fue su turno de homenajear a Antonio Gasalla, el actor y humorista afectado de alzheimer, actualmente retirado de la vida pública.

Como ocurrió pocas veces en la historia de la entrega del premio de Aptra, fue especialmente emotivo el segmento destinado a recordar a los que murieron el último año.

Santiago del Moro inició la recordación al manifestar "todos estamos de paso, con la diferencia que hay gente, artistas, profesionales y laburantes de este medio que dejan su huella. Adelante Natalia".

Dio paso así a Natalia Oreiro, quien interpretó "No es mi despedida", el tema popularizado por Gilda.

La pantalla se transformó en un cielo en el que apareció la frase  "A nuestros queridos amigos" y la imagen que abrió el homenaje fue la de Pinky en el emblemático instante en el que le abrió las puertas al color, en una televisión argentina que era en blanco y negro.

Sobre el cielo tachonado de estrellas aparecieron los rostros de Cacho Fontana, María Onetto, Magdalena Ruiz Guiñazú, Tristán, Claudio Da Passano, Nelly Trenti, Haydée Padilla, Rodolfo Bebán, Diana Maggi, Lino Patalano y Guillermo Calabrese y, sobre el final, Carlitos Balá.