A 33 años del atentado a la Embajada de Israel: Testimonios de sobrevivientes reviven el horror

El 17 de marzo de 1992, Buenos Aires vivió una jornada que quedaría marcada para siempre en la memoria colectiva de la ciudad. A las 14:42, un coche bomba cargado con explosivos impactó contra la fachada de la Embajada de Israel, ubicada en la intersección de Arroyo y Suipacha. La onda expansiva derribó el edificio, dejando 29 muertos y más de 240 heridos. Entre las víctimas se encontraban diplomáticos israelíes, empleados argentinos, transeúntes y personas que se encontraban en la iglesia San Marón, situada justo frente a la sede diplomática.

A 33 años del atentado, los sobrevivientes siguen luchando por mantener viva la memoria de aquel fatídico día. En un esfuerzo por rescatar y preservar sus testimonios, la AMIA y el Congreso Judío Latinoamericano lanzaron "Voces de la Embajada", una iniciativa que reúne relatos en primera persona de catorce personas que vivieron el horror de esa explosión.

Alberto Kupersmid, quien trabajaba en la embajada cuando ocurrió el atentado, recordó cómo la tragedia transformó una comunidad cercana y un ambiente de trabajo en una pesadilla. "La embajada voló por el aire con todos nosotros adentro", relató. Para muchos, el 17 de marzo de 1992 marcó un antes y un después en sus vidas. Historias como las de Lea Kovensky, quien sintió una extraña premonición antes del ataque, y Martín Golberg, quien creyó estar electrocutado tras la explosión, reflejan el caos y el pánico vivido en aquellos segundos fatídicos.

Más allá de los daños físicos y psicológicos, los sobrevivientes continúan con la lucha por justicia. A más de tres décadas del atentado, la impunidad sigue siendo uno de los temas más dolorosos para las víctimas. "Pasaron 33 años y seguimos reclamando justicia", expresó Golberg, con la esperanza de que algún día se logre esclarecer quién fue el responsable del atentado.