Fin de la novela de Roger Martínez en Racing: del gol para ser campeón a una salida por la puerta chica

En julio del 2023, Roger Martínez regresó a Racing como la gran esperanza para pelear la Copa Libertadores. Encendió la ilusión siendo clave en la remontada ante Atlético Nacional, pero una lesión lo privo de casi toda la serie ante Boca, instancia donde quedaron eliminados por penales. Luego tuvo altibajos: partidos discretos, molestias físicas, el deseo de marcharse, pero también goles importantes, destacándose el que liquidó la final de la Copa Sudamericana frente a Cruzeiro. Se fue por la puerta de chica, pidiendo más dinero del que le podían pagar. 

Después de un exitoso paso por el América de México, el colombiano entendió que era el momento de regresar al club que lo vio nacer. Racing hizo un importante esfuerzo económico para repatriarlo y lo anunciaron como lo que es: un jugador diferencial. Las expectativas eran altas y aquel cabezazo que abrió el encuentro de vuelta de los octavos de final de Libertadores frente al Verdolaga esperanzó a los hinchas. Había regresado, mucho más maduro, aquel futbolista que en 2016 se había hecho un hueco entre referentes de la institución como Diego Milito, Lisandro López, Gustavo Bou y Lautaro Martínez.

Sin embargo, un desgarro sobre el final de aquel partido que la Academia ganó 3 a 0, lo sacó de las canchas por varias semanas. En el medio se jugó la serie ante Boca por los cuartos de final. Roger forzó su vuelta y jugó los últimos minutos del encuentro de vuelta. Una decisión apresurada que posteriormente le pasó factura.

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Pese a que anotó tres goles, el final del 2023 no estuvo a la altura de lo que esperaban los hinchas. Más allá de que tuvo destellos propios de un jugador de su calidad, física y futbolísticamente estaba bajo. Necesitaba ponerse a tono con una buena pretemporada.

El 2024 llegó con expectativas renovadas. De la mano de Gustavo Costas, el colombiano estaba llamado a ser la figura del ataque de Racing. Empezó con un gol frente a Tigre en la segunda fecha de la Copa de la Liga, pero otra vez una lesión lo apartó de las canchas. En este caso fue un esguince de tobillo. Pese a que solo estuvo cuatro partidos afuera, fueron suficientes para que Adrián Martínez y Maximiliano Salas se afianzaran como una de las mejores duplas de ataque del fútbol argentino.

Roger regresó en un rol más secundario y, pese a que vio minutos debido a la acumulación de partidos del conjunto de Avellaneda, no tenía la importancia que deseaba. El primer semestre lo finalizó con siete tantos y fue titular en tan solo cuatro partidos. Esta situación lo llevó a buscarse una salida del club en el mercado de invierno. Finalmente no apareció nada y se quedó seis meses más.

En el segundo semestre la situación cambió. Adquirió la importancia que pretendía, continuó convirtiendo goles -algunos importantes, como aquel sobre el final ante Boca para remontar el partido- y fue convocado por Néstor Lorenzo a la Selección. Pero otra vez una lesión le cortó las alas. En el encuentro ante Bolivia por Eliminatorias, recibió una durísima patada por parte de Héctor Cuellar, que le provocó un esguince grado dos en el tobillo izquierdo.

Se perdió gran parte del final de la Liga Profesional y la serie de semifinales de la Copa Sudamericana frente a Corinthians. Todos los cañones apuntaban a estar el 23 de noviembre en Asunción, para la final del certamen continental ante Cruzeiro. El colombiano hizo todo lo posible para llegar y lo consiguió. Después, es historia conocida: entró faltando 15 minutos y liquidó el encuentro con un contraataque letal. Aquel gol fue una revancha personal para Martínez.

"Estoy muy feliz por este momento y poder hacer historia en este lindo club. Esta institución me dio la posibilidad de ser futbolista profesional, me abrió las puertas como si fuera mi familia y qué mayor felicidad que haber podido darle este título con un gol", declaró feliz tras levantar el trofeo.

Después de los festejos tocaba sentarse a negociar. Su contrato vencía el 31 de diciembre y hasta la final no habían mantenido charlas con el club, comprendiendo que el objetivo deportivo era lo primordial. Tanto la dirigencia saliente como la entrante intentaron convencer al oriundo de Cartagena, pero las ofertas del exterior comenzaron a tentarlo.

Arrancó el 2025 como jugador libre, pero con una oferta de Racing sobre la mesa. La misma igualaba el salario que percibió durante el último año y medio. El jugador quería uno mejor y no llegaron a un acuerdo. Arregló con el Al-Taawon de Arabia Saudita, donde dinero no le faltará.

Más allá de que se fue en buenos términos de la Academia, algo que pretendían desde ambas partes, al hincha le quedó el sabor amargo de que no se quede a disputar la Recopa y la Copa Libertadores con el club. Como se está haciendo costumbre en el fútbol de hoy, nuevamente el dinero primó sobre los objetivos deportivos.