La Indiferencia de la Justicia y el Grito Desesperado de María Teresa

"No pasa nada", una afirmación que encierra un mundo de inacción y desinterés por parte de quienes tienen la responsabilidad de velar por la seguridad y el bienestar de la comunidad. Las palabras de Goyechea resuenan como un eco desesperado en busca de respuestas que no llegan.

La sugerencia del Ministerio de Seguridad de la provincia de colocar "Buzones de la Vida" como medida preventiva resultó ser una ilusión. A pesar de la colaboración de los vecinos, que se unieron para denunciar más de 40 casos, la respuesta de la justicia brilla por su ausencia. Las autoridades locales, incluido el propio presidente comunal, han tocado la puerta de la Comisaría y del juzgado sin obtener más que un silencio indiferente.

La denuncia presentada el 10 de noviembre sobre dos puntos de venta específicos, con nombres y direcciones detalladas, ha caído en un abismo burocrático. La frustración expresada por Goyechea refleja el sentir general de una comunidad que ve cómo sus esfuerzos por combatir el problema de las drogas se desvanecen ante la inacción de la justicia.

Este grito de desesperación debería resonar no solo en María Teresa sino en todas las comunidades que sufren la indiferencia de un sistema judicial que parece vivir en una realidad paralela. La lucha contra las drogas no puede limitarse solo a las acciones comunitarias; requiere un compromiso real de las autoridades judiciales para hacer frente a este problema que socava los cimientos de la sociedad.

El presidente comunal anuncia su intención de presentar la denuncia semana tras semana, desafiando la pasividad de la justicia. Su determinación es un llamado a la acción, un recordatorio de que la comunidad no se rendirá ante la indiferencia. Las autoridades judiciales deben tomar nota y demostrar que están a la altura de la responsabilidad que les ha sido confiada.

La viralización de este mensaje es más que un deseo; es una necesidad. La historia de María Teresa podría ser la de cualquier otra localidad que enfrenta desafíos similares. La sociedad necesita despertar y exigir respuestas concretas, porque la justicia no puede mirar hacia otro lado mientras la comunidad clama por ayuda. La evidencia está sobre la mesa, y es hora de que los jueces y fiscales dejen de vivir en la ilusión de Narnia y enfrenten la realidad de frente.

Posteo de Goyechea: