El día martes comenzó en los Tribunales de la ciudad de Rufino el juicio al acusado por el homicidio de Juan Marcos Correa en la localidad de Amenábar, hecho que ocurrió en septiembre de 2020.

La víctima habría sido visto por última vez a fines de septiembre, pero el día 4 de octubre denunciaron su desaparición.

Al hombre acusado, de iniciales CEL, se le atribuyó la autoría de homicidio calificado (por ensañamiento y alevosía).

En el 2020, la investigación fue encabezada por el fiscal Eduardo Lago quien determinó que el crimen fue cometido entre el domingo 27 y el miércoles 30 de septiembre de dicho año con características macabras.

Según el fiscal, el delito fue perpetrado con el objetivo de realizar un sacrificio humano a un culto pagano. Lago además argumentó que el imputado planificó cómo provocaría la muerte de Correa y que lo invitó a consumir estupefacientes y, de esa manera lo engañó para llevarlo a un monte ubicado en las afueras de Amenábar.

Luego de consumir los estupefacientes, el imputado le propinó golpes de puño a la víctima y logró tirarlo al piso, le cortó la garganta con un cuchillo para que no pudiera gritar, le hizo un gran corte en el pecho y le extrajo el corazón. Finalmente, lo decapitó y lo enterró a metros del lugar. 

La causa se encuentra a cargo de los fiscales Rafaela Florit y Mauro Menéndez, quienes representarán al MPA en el juicio. Ambos adelantaron que solicitarán que el acusado sea condenado a prisión perpetua. Además declararon que el hombre investigado actuó con la intención de hacer un sacrificio humano como ofrenda al santo pagano "San La Muerte”.

Por otro lado, según testigos, en esos días el acusado fue privado de su libertad y les contó a otros detenidos lo que habría hecho y el lugar donde había enterrado el cuerpo de la víctima. Gracias a esto, hallaron las partes del cuerpo en bolsas de nylon enterradas en cercanías de un altar armado para venerar al santo pagano.