Los fiscales Patricio Saldutti y Franco Carbone imputaron a Ungaro y a Martínez haber organizado desde las cárceles de Ezeiza y Coronda, respectivamente, dos balaceras con fines de infundir temor público. También volvierona a imputar a Fernando Cortez y a su hijo Lautaro, quienes ya se encontraban presos desde el año pasado por este hecho.

“La instigación era de Ungaro hacia Martínez, y éste es el que tenía disponibilidad de las personas que estaban en la calle y cometían los hechos. Hay una promesa de un pago remuneratorio para la comisión de estos hechos”, detalló a la prensa el fiscal Saldutti.

Y sumó: “No hay un móvil que conecte de forma directa a los atacantes e instigadores con las víctimas. La instigación estaba destinada a quitarle la vida a personas inocentes para infundir temor en los habitantes del barrio, en los demás operadores de la delincuencia y en la sociedad en general. El objetivo final de estas bandas es el lucro”.

En relación a la investigación, el fiscal sostuvo que “hay una gran serie de declaraciones testimoniales que tenemos que preservar”. “Muchos de ellos han declarado en distintas causas que fuimos interconectando para poder unir la información. La mayoría declaró como testigo de identidad reservada. Además hubo pericias en teléfonos celulares secuestrados donde pudimos recuperar algunas conversaciones, porque en la mayoría de los casos borraban los mensajes. Por otro lado hay intervenciones telefónicas”, cerró.