El caso se originó después de que una ciudadana encontrara un dispositivo móvil abandonado en la vía pública, el cual contenía material de pornografía infantil perturbador. Con la rápida acción de la denunciante, las autoridades locales fueron informadas de inmediato y el teléfono móvil fue entregado a la policía para su investigación.

Según la fiscal Rafaela Florit, quien lideró el caso, "en abril de 2021, el acusado tenía en su celular fotografías explícitas de una niña en una situación de abuso sexual infantil". La víctima, una niña residente de Rufino en ese momento, fue identificada a través de las imágenes encontradas en el dispositivo móvil.

La pieza clave en la investigación fue el análisis forense del dispositivo móvil, realizado por la sección de Pericias Informáticas de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en Melincué. Este análisis proporcionó pruebas sustanciales que permitieron la identificación de José Alberto Bordón como el responsable de los delitos y la identificación de la víctima.

Además de los cargos relacionados con la posesión de pornografía infantil, Bordón también fue condenado por amenazas reiteradas a una mujer con la que había mantenido una relación de pareja, así como a una adolescente que era hija de ambos.

La sentencia de 6 años de prisión enviada a José Alberto Bordón envía un claro mensaje de que los delitos relacionados con la pornografía infantil y las amenazas no serán tolerados en nuestra sociedad.