Derrotas del PJ en Jujuy y Salta profundizan la interna y apuntan contra Cristina Kirchner

Sin PASO y con candidaturas impuestas por intervención, el peronismo sufrió duras derrotas en el norte argentino. Crecen los cuestionamientos a la conducción de Cristina Kirchner al frente del Partido Justicialista.

Política 13 de mayo de 2025SOFIA ZANOTTISOFIA ZANOTTI
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El peronismo vivió un “superdomingo” electoral con sabor amargo: en las provincias de Salta, Jujuy y San Luis fue desplazado por alianzas provinciales y La Libertad Avanza, y solo en Chaco logró acercarse al oficialismo, aunque sin alcanzar la victoria. Las derrotas dejaron al descubierto la crisis de conducción interna y encendieron nuevas críticas hacia la presidenta del Partido Justicialista, Cristina Fernández de Kirchner.

El foco de las mayores tensiones se encuentra en Salta y Jujuy, donde el PJ está intervenido por decisión de la exmandataria. Sin elecciones primarias y con listas definidas desde Buenos Aires, numerosos dirigentes abandonaron el espacio, debilitando sus chances electorales. En ambas provincias, el peronismo cayó al tercer lugar, cediendo protagonismo a La Libertad Avanza, que capitalizó el descontento con el aparato tradicional.

En Salta, el oficialismo del gobernador Gustavo Sáenz arrasó, mientras que el kirchnerismo no logró obtener representación. La intervención del PJ local, encabezada por Sergio Berni y María Luz Alonso, fue duramente cuestionada. “A los salteños no nos dicen lo que tenemos que hacer desde Buenos Aires”, lanzó Sáenz tras la elección.

En Jujuy, la historia fue similar. El oficialismo provincial liderado por Carlos Sadir (UCR) se impuso con claridad, y el peronismo, nuevamente dividido por la intervención, apenas logró superar el 15% de los votos.

La excepción relativa fue Chaco, donde el exgobernador Jorge Capitanich alcanzó el segundo lugar, a más de 10 puntos del oficialismo local aliado a Javier Milei. En este caso, sin intervención del partido, la estructura se mantuvo cohesionada, aunque insuficiente para revertir la tendencia nacional.

Dentro del peronismo, crece el malestar. Muchos dirigentes provinciales cuestionan no solo la estrategia electoral, sino también el liderazgo de Cristina Kirchner al frente del PJ, cargo al que accedió judicializando la interna con el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela.

Mientras tanto, el oficialismo nacional festeja. La jornada del domingo fue leída como un claro respaldo a la gestión de Javier Milei, quien sin haber presentado listas propias en todos los distritos, logró potenciar su imagen a través de alianzas y ganar terreno en las principales ciudades del norte argentino.

En la Casa Rosada, ya piensan en 2027. El escenario plantea un peronismo en crisis, una oposición fragmentada y un presidente que, pese al ajuste, conserva alto respaldo. En este tablero, cada elección provincial se convierte en un test nacional y una nueva oportunidad para los libertarios.

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