La renovación judicial en Santa Fe comienza sin Pullaro: Los nuevos jueces de la Corte Suprema asumen en un clima de tensión

El pasado lunes, en un acto realizado en el salón de actos del Palacio de Tribunales de Santa Fe, Margarita Zabalza y Jorge Baclini juraron como nuevos jueces de la Corte Suprema de Justicia de la provincia. Este evento no solo marcó un cambio en la composición del máximo tribunal provincial, sino que también subrayó un giro en el manejo político y judicial tras casi dos décadas de estabilidad en el tribunal.

La ceremonia contó con la presencia de la vicegobernadora Gisela Scaglia, y los ministros de Justicia, Pablo Cococcioni, y de Gobierno, Fabián Bastía. Sin embargo, la ausencia del gobernador Maximiliano Pullaro, impulsor de la ampliación de la Corte, fue una de las notas destacadas del evento. Aunque Pullaro fue clave en la sanción de la ley que permitió la ampliación del tribunal y la designación de los nuevos jueces, decidió no acompañar la foto oficial junto a los flamantes magistrados.

Discursos con mensajes internos
 Baclini, con 35 años de trayectoria en la Justicia, inauguró los discursos al abordar temas clave para el futuro de la Corte. Su mensaje incluyó críticas veladas al sistema judicial actual, destacando la necesidad de eliminar la burocracia, reducir los tiempos de los procesos judiciales y evitar dilaciones innecesarias. "Los procesos no pueden durar indefinidamente", expresó Baclini, señalando la orientación que buscará implementar.

Zabalza, por su parte, defendió el acuerdo político que facilitó su designación, diferenciándose de la estrategia presidencial de Javier Milei en cuanto a la elección de jueces sin consenso legislativo. También se refirió a la disputa con los jueces Gutiérrez, Falistocco y Spuler, quienes superaron el límite de edad establecido por la Constitución y aún se resisten a abandonar sus puestos, lo que genera un clima de tensión política y judicial.

Un tribunal en transformación
 El ingreso de Zabalza y Baclini, sumado a la futura asunción de Rubén Weder en abril, marca el principio de un cambio en la compresión de fuerzas dentro de la Corte. Durante más de 17 años, el tribunal estuvo dominado por jueces designados durante el gobierno de Carlos Reutemann, con la validación de los sucesivos gobiernos peronistas. Ahora, con la reforma impulsada por Pullaro, que amplió el tribunal a siete miembros y fijó los 75 años como edad máxima para el ejercicio del cargo, se vislumbran nuevos desafíos internos.

Además, la resistencia de los jueces Gutiérrez, Falistocco y Spuler, quienes no están dispuestos a retirarse, anticipa una disputa judicial que podría extenderse durante los próximos meses. Esta tensión marcará el rumbo de la Corte Suprema santafesina, especialmente en un contexto donde el Ejecutivo provincial espera que el tribunal juegue un rol más activo en los temas de seguridad.

Impacto en el Poder Judicial
 Baclini también destacó la importancia de la digitalización del sistema judicial y la optimización de la gestión de los recursos, un mensaje dirigido a la Secretaría de Gobierno de la Corte, que ha sido objeto de críticas en los últimos años. Mientras tanto, Zabalza remarcó el compromiso de la Corte con una justicia más cercana a la ciudadanía, destacando la necesidad de que el tribunal sea ágil y eficiente, particularmente en temas vinculados a la seguridad, un reclamo constante del gobierno provincial.

Un nuevo escenario político-judicial
 Con la asunción de los nuevos jueces, la Corte Suprema de Santa Fe entra en una nueva etapa, marcada por desafíos internos, tensiones políticas y la expectativa de reformas. La resistencia de los jueces mayores de 75 años, el impulso de la digitalización y el rol que el Ejecutivo espera que desempeñe el tribunal configuran un panorama incierto pero crucial para el futuro de la Justicia en la provincia.

Los próximos meses serán determinantes para comprender cómo se redefinirá el equilibrio de poder dentro de la Corte y cómo esto impactará en su relación con los otros poderes del Estado, especialmente en un contexto donde las reformas judiciales siguen siendo un tema de debate político.