Los docentes públicos denuncian que el presentismo es un "mecanismo disciplinador"

El esquema salarial vigente deja a todos los maestros de grado por debajo de la línea de pobreza y la política de presentismo, utilizada como un incentivo para la asistencia perfecta, se convirtió en una herramienta de presión económica sobre los educadores.

Política Sta Fe07/03/2025LORENA ACOSTALORENA ACOSTA
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El salario de los docentes en Santa Fe atraviesa un deterioro alarmante, mientras el gobierno de Maximiliano Pullaro implementa medidas que acentúan el descontento en el sector. El esquema salarial vigente deja a todos los maestros de grado por debajo de la línea de pobreza y la política de presentismo, utilizada como un incentivo para la asistencia perfecta, se convirtió en una herramienta de presión económica sobre los educadores.

Según el gremio Amsafé, el sueldo docente oscila entre los $680.000 de bolsillo para quienes recién se inician y los $960.000 para aquellos con la máxima antigüedad, muy por debajo de la línea de pobreza establecida en $1.100.000. A esto se suma el recorte del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) por parte del gobierno de Javier Milei y los incrementos salariales provinciales que corren siempre detrás de la inflación.

Juan Pablo Casiello, secretario de Amsafé Rosario, advirtió: «Desde la llegada de este gobierno nacional y provincial, el salario docente ha tenido una caída abrupta. Perdimos el 30% de poder adquisitivo en comparación con la última paritaria de Omar Perotti». Rodrigo Alonso, secretario general del gremio, reforzó esta postura: «Un docente que recién inicia está $300.000 por debajo de la línea de pobreza, mientras que el de mayor antigüedad sigue estando $100.000 por debajo. El deterioro es evidente y progresivo».

El gran peso del presentismo en el esquema salarial generó una mayor indignación en los gremios. Se trata de un monto fijo de $72.000 que se pierde completamente si el docente se ausenta más de un día en el mes, quedando en la mitad si falta una sola jornada. Para Amsafé, esta medida no es más que un «mecanismo disciplinador» que presiona a los trabajadores a presentarse en condiciones laborales adversas, incluyendo enfermedades o situaciones familiares graves.

La relación entre el gobierno y los docentes se encuentra en un punto de máxima tensión. Pullaro, quien en campaña prometió respetar las negociaciones paritarias, tomó medidas que los gremialistas consideran «contrarias al contrato electoral». «No hay cláusula gatillo, no se le ganó a la inflación, no se respetó a los docentes ni el 82% a los jubilados», denunció Alonso. Además, sostuvo que la administración provincial, en vez de resolver el conflicto salarial, se dedica a «enfrentar a los docentes y tenernos como enemigos».

El paro docente del lunes fue una muestra contundente del descontento generalizado. La medida de fuerza no solo fue un reclamo contra la política salarial de la provincia, sino también un grito de protesta ante la falta de financiamiento nacional para la educación. «Estamos exigiendo que Nación envíe más recursos para el incentivo docente, pero en vez de apoyarnos, la provincia nos castiga», sentenció Alonso.

Mientras la tensión crece, el conflicto parece lejos de resolverse. La educación santafesina, que alguna vez ostentó salarios docentes entre los más altos del país, hoy enfrenta un escenario de precarización que deja a miles de maestros luchando no solo por mejores condiciones laborales, sino por la simple posibilidad de llegar a fin de mes.

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