La preocupación ha vuelto al sur-sur santafesino con la inminente llegada de lluvias, ya que el posible desborde de la laguna La Picasa, que se registró en 2017 y 2020, es una amenaza latente. La Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe) ha expresado su inquietud por la falta de obras en la zona y las potenciales consecuencias que esto podría tener.

Ángel Borrello, productor agropecuario y miembro de la Comisión de Asuntos Hídricos de Carsfe, ha señalado que la laguna La Picasa se ha incluido como "Reservorio 8" en las acciones de control de escurrimiento, un propósito que no estaba originalmente previsto en las obras. La prioridad era mitigar las inundaciones periódicas de la laguna. A pesar de la preocupación creciente, los resultados de la reunión tripartita de técnicos de Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba convocada por la ministra de Infraestructura de Santa Fe en marzo de 2022 no se han hecho públicos.

Borrello ha subrayado que se han realizado pocas obras, principalmente mejoras en el canal de salida de la Alternativa Norte, que en la situación de extrema sequía no ha sido efectiva. La antigua estación de bombeo, clave para el control de inundaciones, lleva años sin funcionar y los intentos de rehabilitarla avanzan lentamente. Se está construyendo una nueva estación de bombeo, pero su progreso es insuficiente.

La falta de agua en el cuenco del bombeo ha limitado la efectividad de la Alternativa Sur, lo que ha llevado a una elevación del nivel del agua en la laguna. "Estamos convalidando un piso para la laguna, no de 93.50 como debería ser, sino que estamos hablando de prácticamente nueve metros más arriba, lo que es grave en cuanto a la superficie que esto inunda", enfatizó Borrello. La situación es crítica y la necesidad de soluciones efectivas es urgente.