Bombardeo en Gaza: atacaron la única iglesia católica y murió una pareja de refugiados

La única iglesia católica de la Franja de Gaza fue blanco de un ataque este jueves 17 de julio, en medio del conflicto armado en curso. La parroquia latina de la Sagrada Familia, ubicada en el norte del enclave, fue alcanzada por un proyectil que dejó un saldo de dos personas fallecidas y al menos seis heridas, entre ellas el sacerdote argentino Gabriel Romanelli.

Según confirmó el Patriarcado Latino de Jerusalén, el edificio fue impactado alrededor de las 10:10 de la mañana por un disparo de tanque del ejército israelí. La explosión afectó el techo del templo, provocando la caída de escombros y metralla sobre el patio, donde se encontraban varias personas refugiadas. Cáritas Jerusalén informó que entre los heridos hay dos ancianas, tres jóvenes y un niño con discapacidad. Dos de ellos permanecen en estado crítico.

El párroco Gabriel Romanelli, figura cercana al papa Francisco, sufrió heridas leves y fue atendido en el hospital Al-Ahli. La iglesia albergaba a cerca de 600 personas, tanto cristianas como musulmanas, que habían encontrado refugio tras perder sus hogares durante los bombardeos.

La parroquia se había convertido desde el inicio del conflicto en un símbolo de contención humanitaria. Anton Asfar, director de Cáritas Jerusalén, denunció que “este ataque vulnera el derecho internacional humanitario” y pidió que se respeten los lugares de culto como zonas de protección.

En un comunicado, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) indicaron estar "analizando las circunstancias del incidente", y afirmaron que “lamentan cualquier daño causado a civiles o infraestructuras religiosas”.

Mientras tanto, líderes internacionales como la primera ministra italiana Giorgia Meloni condenaron el ataque. “Ninguna acción militar puede justificar el bombardeo de una iglesia repleta de civiles”, expresó.

Desde Roma, el Papa Francisco fue informado de lo sucedido. Según trascendió, mantenía contacto diario con Romanelli desde el inicio de la ofensiva.

La Iglesia de la Sagrada Familia era el último templo católico en pie en la Franja de Gaza. Su destrucción agrava la crisis humanitaria y deja a cientos de desplazados sin un lugar seguro donde resguardarse.