El uso del diclofenaco: cuándo ayuda y cuándo puede dañar

En un nuevo micro de salud en Sonic TV, las farmacéuticas Miriam Romero y Myriam Dillon alertaron sobre los peligros del consumo excesivo de diclofenaco. También recordaron la importancia de la vacuna contra la neumonía y el rol clave de la farmacia como primer contacto en el sistema sanitario.

Sonic Tv24/07/2025GASTON PAROLAGASTON PAROLA

El micro de salud de Sonic TV, impulsado por el Colegio de Farmacéuticos, volvió a reunir a las profesionales Miriam Romero y Myriam Dillon para tratar un tema que atraviesa a gran parte de la población: el uso y abuso del diclofenaco, uno de los medicamentos más consumidos en Argentina.

El encuentro comenzó con un repaso de la repercusión que tuvo la vacunación antigripal realizada en vivo durante la emisión anterior. “Cumplimos la promesa y fue muy bien recibido por la audiencia. Ahora toca hablar de la vacuna contra la neumonía, que es fundamental especialmente para personas mayores de 65 años”, explicó Romero. Se trata de una vacuna de dosis única, con una protección que puede extenderse hasta 10 años, clave para prevenir complicaciones respiratorias severas.

Pero el tema central fue el diclofenaco: ese comprimido al que muchos recurren casi sin pensarlo. “Es común que los pacientes lleguen a la farmacia pidiendo directamente un 'diclofenac de 100', sin decir qué les pasa. Lo usan para todo tipo de dolores: muela, cabeza, cuerpo, articulaciones. Y muchas veces, lo hacen todos los días, durante años”, advirtieron las farmacéuticas.

El diclofenaco es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE), utilizado por su eficacia analgésica y antiinflamatoria. Pero su uso debe estar estrictamente controlado: la dosis máxima permitida es de 150 mg diarios, distribuida en tres tomas de 50 mg. Superar esa cantidad de forma crónica puede generar efectos adversos graves: gastritis, úlceras, hemorragias digestivas, daño renal y aumento de presión arterial.

Romero y Dillon también derribaron mitos sobre las presentaciones potásicas o sódicas del medicamento. “Muchas personas con hipertensión piden diclofenaco potásico porque creen que tiene menos sodio. Pero en realidad, la cantidad es mínima y no hay diferencias clínicas significativas”, explicaron.

Otro punto crítico es la combinación inconsciente de medicamentos. Muchos pacientes toman un diclofenaco recetado y, al mismo tiempo, un analgésico como Apronax o Tafirol Plus, sin saber que también contienen diclofenaco. “La gente ve una publicidad en televisión con una figura famosa y corre a comprarlo. Pero puede estar duplicando la dosis sin saberlo. Hay que consultar siempre con el farmacéutico”, remarcaron.

Las farmacéuticas señalaron que también existen alternativas tópicas, como geles o cremas con diclofenaco, que pueden aliviar dolores localizados sin provocar efectos sistémicos. “A veces no hace falta ingerir nada. Con una buena aplicación externa es suficiente, y se evitan complicaciones”.

Asimismo, alertaron sobre casos especiales donde el uso del diclofenaco está contraindicado: personas con antecedentes gástricos, insuficiencia renal, hipertensión o embarazadas. “Todo medicamento tiene un riesgo-beneficio. Por eso es clave informar al médico sobre los antecedentes y no ocultar otros tratamientos en curso”, subrayaron.

Cerrando el micro, se planteó un desafío para futuras emisiones: hablar con claridad sobre educación sexual y salud adolescente, abordando temas como la compra de anticonceptivos, la pastilla del día después y el uso del preservativo. “Hay vergüenza, hay desinformación. Queremos romper con esos tabúes”, dijeron.

El espacio concluyó con un mensaje claro: la farmacia debe ser el primer lugar de consulta, no solo de compra. “No te automediques. No tomes lo que te sobró. No hagas lo que te dijo la vecina. Preguntá. Todos estamos para ayudarte”.

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