A cuatro días de la final de la Copa Libertadores en el Maracaná, un grupo de hinchas de Boca que ya se encuentra en Brasil denunció que fue agredido y asaltado por sus pares de Fluminense cuando se encontraban en una playa de Copacabana, uno de los barrios de Río de Janeiro más reconocidos por sus playas. Horas más tarde se informó que hubo tres detenidos.

En redes sociales un grupo de 30 simpatizantes del Xeneize contaron que estaban disfrutando de un día de playa cuando fueron sorprendidos por un contigente de la misma cantidad de personas identificadas con el gigante de Río de Janeiro que los atacó. Además, aseguraron que no fueron defendidos por la policía de Río.

Según contaron, les pegaron y también le robaron algunas de sus pertenencias, entre ellos celulares, y banderas. Además, en el grupo de agredidos había mujeres a las que también golpearon. A raíz del incidente, los hinchas de Boca debieron ser atendidos en una guardia por cortes en la cabeza.

Incluso, los violentos mostraron en diferentes redes sociales como trofeos los pilusos y el dinero que le sacaron a la gente identificada como hinchas de Boca que fueron atacadas en la emboscada.

También publicaron en su cuenta de Instagram un mensaje amenazante, citando un posteo del líder de la 12 Rafael Di Zeo, en el que aseguran que "todos los hinchas comunes de Boca, las familias y los niños van a ser bienvenidos en Río, pero los cagones de la 12 quedan atentos".

Finalmente tres hinchas de los hinchas del carioca fueron detenidos por haber agredido a una mujer a la que golpearon con una silla de playa en la cabeza y debió ser atendida en la Unidad de Primeros Auxilios en la que le dieron cuatro puntos de sutura.

El hecho se dio el día que la Conmebol inauguró el Fan Fest en esa misma región de la ciudad y luego de que el sábado trascendiera una amenaza pública por parte de la barra del elenco carioca para aquellos simpatizantes que empezarían a llegar a Río. Desde la cuenta oficial de Instagram de la torcida @sobranada_oficial publicaron una imagen que llevaba una leyenda en portugués que dice "racista y puñetazo en la boca" y se ven los colores azul y oro alusivos al rival del próximo 4 de noviembre en la gran definición del Maracaná.

 El tema era una preocupación en Boca porque había un antecedente: ya había habido incidentes cuando Argentinos Juniors fue a jugar allí por los octavos de final del certamen y algunos simpatizantes del Bicho fueron atacados en las mismas playas.