La crisis económica empuja a más jubilados a los comedores comunitarios

La delicada situación económica que afecta a gran parte de la población argentina ha golpeado con especial dureza a los jubilados. En las últimas semanas, tras la ratificación del veto presidencial a la nueva fórmula previsional por parte del Congreso, cada vez más adultos mayores se ven obligados a recurrir a comedores comunitarios para garantizar al menos una comida diaria.

Los testimonios de los jubilados reflejan la difícil disyuntiva a la que se enfrentan: deben elegir entre comprar los medicamentos que necesitan o alimentarse. "El sueldo no nos alcanza para nada. O compramos remedios o comemos", cuenta Martina, una jubilada que asiste regularmente al comedor de Marta, en Monte Chingolo.

La situación no es aislada. En barrios de todo el país, los comedores ven un incremento constante en la cantidad de personas que solicitan ayuda. Marta, quien dirige uno de estos establecimientos, señala que no solo aumentan las familias que acuden en busca de alimentos, sino también los jubilados. "Es triste ver cómo nuestros adultos mayores, que trabajaron toda su vida, tienen que recurrir a un comedor", lamenta.

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El panorama empeora con las recientes manifestaciones de jubilados frente al Congreso Nacional, donde fueron reprimidos por la policía mientras protestaban contra las decisiones del Gobierno. "Es injusto golpear a personas mayores que solo están reclamando lo que les corresponde", expresa Marta con indignación.

Mientras continúa la incertidumbre sobre el futuro de los haberes jubilatorios, los comedores comunitarios se convierten en un espacio fundamental para los más vulnerables. Sin embargo, la ayuda que reciben de parte del Estado resulta insuficiente, según denuncian los encargados de estos espacios, quienes reclaman una respuesta inmediata por parte de las autoridades.