Alarma global por el aumento de ACV en jóvenes y mujeres: advierten sobre nuevas causas y riesgos invisibles

Dos investigaciones internacionales advierten sobre el crecimiento sostenido de accidentes cerebrovasculares en adultos menores de 50 años, especialmente mujeres. El estrés, la contaminación y factores de riesgo tradicionales no controlados, en el centro de la preocupación sanitaria.

Salud23/04/2025SOFIA ZANOTTISOFIA ZANOTTI
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En una tendencia que preocupa a la comunidad médica internacional, los casos de accidente cerebrovascular (ACV) están creciendo de manera sostenida entre adultos jóvenes y mujeres, según revelan dos estudios recientes publicados en The Lancet Regional Health – Americas y la revista Stroke de la Asociación Americana del Corazón (AHA).

Durante décadas, el ACV fue considerado una patología típica de adultos mayores. Sin embargo, los últimos datos reflejan un giro preocupante: entre 2015 y 2021, la incidencia aumentó significativamente entre personas de entre 18 y 49 años, con un fuerte impacto en mujeres jóvenes. Investigadores identifican causas múltiples, desde factores tradicionales como hipertensión, colesterol y tabaquismo, hasta otros menos explorados como el estrés crónico, la contaminación ambiental y los efectos hormonales.

El neurólogo argentino Sebastián Ameriso, del Fleni, explicó que el fenómeno es multicausal y que “la detección más precisa contribuye, pero no explica por sí sola el crecimiento”. Por su parte, Matías Alet, también del Fleni, remarcó que la carga de enfermedad y mortalidad por ACV isquémico aumentó incluso en países con recursos medianos-altos, y que las mujeres sufren mayor riesgo de secuelas graves.

El estudio de The Lancet analizó datos de más de 30 años en 38 países y observó que, aunque las tasas ajustadas por edad bajaron, los nuevos casos y muertes han crecido entre menores de 50 años. Particularmente, en mujeres se observan barreras diagnósticas, desigualdad de acceso a tratamientos, y subestimación de síntomas.

En tanto, la publicación en Stroke reveló que hasta el 50% de los ACV en adultos jóvenes son de origen desconocido, con una creciente proporción entre personas sin factores de riesgo clásicos. En este contexto, el uso de drogas recreativas, las migrañas, y enfermedades crónicas como cáncer o insuficiencia renal comienzan a formar parte del nuevo mapa de riesgos.

Los especialistas coinciden en que es urgente reforzar las políticas públicas, invertir en prevención y diagnóstico temprano, y promover campañas de concientización sobre esta problemática. Según estimaciones de la OPS, aumentar el control de la hipertensión al 50% de la población podría evitar más de 120.000 muertes por ACV en la región.

Más allá de los avances médicos, el desafío pasa hoy por derribar estereotipos: el ACV ya no es una enfermedad de “personas mayores”. Su nueva cara es más joven, más femenina y más compleja.

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