La estrategia libertaria que desafía al peronismo: ¿se repite el quiebre de 2005?

Con el recuerdo del enfrentamiento entre Kirchner y Duhalde, La Libertad Avanza busca dividir al voto peronista en Buenos Aires. La etapa del "carancheo" y la seducción de figuras clave tensionan el tablero político.

Política 22 de diciembre de 2024SOFIA ZANOTTISOFIA ZANOTTI
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Javier Milei, el año pasado, de campaña en territorio bonaerense

La estrategia política de La Libertad Avanza (LLA) liderada por Javier Milei toma un giro que evoca el conflicto entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde en 2005. En aquel momento, el kirchnerismo consolidó su independencia política al arrasar con el duhaldismo, transformándose en el eje del poder durante más de una década. Ahora, con las elecciones de 2025 en el horizonte, el libertarismo parece seguir una hoja de ruta similar en el bastión peronista de Buenos Aires.

El plan, impulsado por Karina Milei y el asesor presidencial Santiago Caputo, se centra en captar figuras clave del peronismo no kirchnerista y el PRO para fracturar a sus adversarios políticos. Este enfoque, conocido internamente como la etapa del "carancheo", incluye negociaciones con dirigentes como Fernando Gray (Esteban Echeverría) y Julio Zamora (Tigre), buscando dividir al PJ y posicionar a LLA como la principal alternativa.

Mientras tanto, el PRO, liderado por Mauricio Macri, enfrenta su propia crisis interna. Algunos de sus principales referentes, como Diego Santilli y Alejandro Finocchiaro, coquetean con el libertarismo, lo que agrava el temor de una derrota histórica en su principal bastión, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

Por su parte, el kirchnerismo también enfrenta divisiones internas. El gobernador Axel Kicillof y el ala más cercana a Cristina Fernández de Kirchner protagonizan desacuerdos que complican la unificación del espacio. A este panorama se suma la incertidumbre sobre la derogación de las PASO y el desdoblamiento electoral en la provincia de Buenos Aires, decisiones que podrían alterar el juego político.

La ofensiva libertaria busca no solo consolidar su influencia en el Congreso, sino también debilitar a sus principales oponentes en un contexto de tensiones cruzadas que promete redefinir el mapa político argentino.

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