La manifestación, que abarcó desde el centro porteño hasta las principales ciudades argentinas, destacó la preocupación generalizada por el destino de las universidades públicas frente a las medidas del Gobierno. Aunque la protesta fue tildada de politizada, la presencia masiva y diversa de los participantes subrayó la importancia del tema.

El presidente Milei, confrontado con la magnitud de la movilización, intentó desacreditarla en redes sociales antes de retirarse de la Casa Rosada. Sin embargo, la presencia de figuras políticas prominentes, como Axel Kicillof y Sergio Massa, resaltó la relevancia del debate.

A pesar de las divergencias ideológicas evidentes, la marcha reflejó un consenso claro: la defensa de la educación pública como pilar fundamental para la movilidad social en Argentina. Las imágenes impactantes de la protesta podrían influir en futuras decisiones del Gobierno respecto a las políticas educativas.