En una reciente rueda de prensa, el gobernador Axel Kicillof no escatimó en sus críticas hacia el gobierno de Javier Milei, al que acusó de imponer medidas que restringen los aumentos salariales. Con un tono sereno pero firme, Kicillof rechazó las acusaciones de despilfarro y falta de eficiencia en el manejo de los recursos provinciales.

Subrayando datos estadísticos, el mandatario bonaerense defendió la austeridad del Estado provincial, destacando que Buenos Aires, junto con Córdoba, tiene la menor cantidad de empleados públicos por cada mil habitantes. Además, desmintió afirmaciones sobre un supuesto incremento excesivo de impuestos, argumentando que se ha buscado una mayor progresividad en la carga tributaria, beneficiando a propietarios de menor patrimonio.

Sin embargo, el punto álgido de su intervención fue su calificación del plan económico propuesto por Milei como "criminal", expresando preocupación por sus repercusiones en la vida cotidiana de los bonaerenses. Kicillof lamentó la falta de sensibilidad del gobierno hacia los sectores más vulnerables y exhortó al Presidente a abandonar su encierro y observar la realidad de los barrios.

Asimismo, el gobernador rechazó tajantemente la propuesta de no pagar impuestos en la provincia, atribuyendo estas ideas a un desvarío político más que a una estrategia fundamentada. Calificó de "gravísimas" las declaraciones que incitan al incumplimiento de la ley impositiva y cuestionó la coherencia del Presidente al alentar tales acciones.

Finalmente, Kicillof advirtió sobre las consecuencias de gobernar por impulsos y arrebatos de ira, señalando que este tipo de acciones no solo afectan a los funcionarios sino al pueblo bonaerense en su conjunto. En este sentido, instó a poner un freno a este tipo de comportamientos para garantizar una gestión responsable y coherente.