Las últimas estadísticas del Ministerio de Trabajo y del INDEC han revelado una situación alarmante en Argentina: el ingreso promedio de los trabajadores formales ha descendido por debajo de la línea de pobreza, debido al constante aumento de la inflación en los últimos meses.

Según los datos proporcionados por el INDEC, en enero de este año, una Canasta Básica Total (CBT), que representa el total de gastos para cubrir las necesidades básicas de una familia de cuatro personas, alcanzó los $596.823. Mientras tanto, la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), informada por la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, ascendió a $555.269 en el mismo mes. Esto significa que el ingreso promedio de los empleados formales está por debajo de una CBT, situándolos por debajo de la línea de la pobreza.

Incluso considerando los salarios netos después de descuentos, la situación es aún más preocupante. Después de deducir los aportes patronales y cargas sociales, el salario neto promedio en enero fue de $460.873, lo que incluso está por debajo de una CBT correspondiente a una familia de tres personas.

El panorama económico se ve aún más sombrío con cerca de 3 millones de personas en busca activa de empleo, ya sea para reemplazar sus trabajos actuales o para obtener ingresos adicionales.

Expertos económicos advierten que esta situación impacta negativamente en el consumo y agrava la recesión, mientras que también influye en el panorama social y político del país. Se destaca la importancia de mantener la disciplina fiscal para lograr una recuperación gradual de la economía y de los ingresos.

El análisis de datos actualizados muestra que los sueldos han perdido terreno frente a la inflación, con un crecimiento significativo en el nivel de pobreza. Esta situación, inusual en la historia económica reciente del país, plantea desafíos significativos para la estabilidad y el bienestar de la población.