Crisis en la Cancillería: Diana Mondino renuncia y Gerardo Werthein asume como nuevo Canciller

Diana Mondino dejó su cargo como ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina, después de que su voto a favor de levantar el bloqueo a Cuba en la Asamblea General de la ONU contraviniera la política del gobierno de Javier Milei. Su renuncia fue oficializada a través del Decreto 970/2024, publicado en el Boletín Oficial, en el que se agradecieron sus servicios prestados durante los primeros una vez meses de gestión.

El gobierno argentino ha designado al embajador Gerardo Werthein como su reemplazo. Hasta ahora, Werthein se desempeñaba como embajador en Estados Unidos y es considerado un aliado cercano de Milei, lo que puede indicar un cambio significativo en la dirección de la política exterior del país.

En un comunicado, Mondino expresó su agradecimiento hacia el presidente por la oportunidad de formar parte de su administración y reiteró su compromiso con el gobierno, a pesar de su salida. Afirmó haber hecho “todo lo posible, con gran esfuerzo y dedicación” para cumplir con su mandato.

La renuncia de Mondino, sin embargo, no fue el único cambio en la Cancillería. El gobierno anunció auditorías al personal del Ministerio de Relaciones Exteriores para identificar a aquellos que no están alineados con la política del actual gobierno, asegurando que se defenderán los valores de libertad y derechos individuales. Este proceso de auditoría se enmarca dentro de un contexto más amplio de reestructuración del cuerpo diplomático, impulsado por la necesidad de reflejar los principios de la administración Milei en cada decisión.

Werthein, quien ahora liderará la Cancillería, ha sido reconocido por su cercanía a Milei y su experiencia en la política internacional, lo que podría ser crucial para fortalecer la posición argentina en el ámbito global. Su nombramiento fue oficializado mediante los Decretos 979/2024 y 980/2024, que también detallan su traslado desde la embajada en EE.UU. a su nueva carga.

El cambio de liderazgo en la Cancillería refleja no solo una crisis interna sino también una reorientación de la política exterior argentina, que busca alinearse más estrechamente con los principios del actual gobierno.