Editoriales Por: Novedades del Sur 19 de febrero de 2024

Editorial por Marita Montero: "Por un Futuro Equitativo para Todos los Niños"

En medio del torbellino político y las tensiones sociales que envuelven a nuestra nación, es imperativo recordar quiénes son los más vulnerables en esta sociedad. Son los niños, aquellos que no tienen voz ni voto, pero que sufren las consecuencias de las decisiones políticas y económicas de aquellos que ostentan el poder.

Es lamentable ver cómo se utilizan los argumentos más cínicos para justificar políticas que solo profundizan la desigualdad. Bajo el pretexto de ayudar a los niños pobres, se desmantelan programas sociales y se recortan presupuestos destinados a la educación y la alimentación. Mientras tanto, los niños ricos reciben subsidios y privilegios que perpetúan la brecha entre clases sociales.

El presidente Javier Milei y su séquito propagan un discurso que deshumaniza a los más necesitados, pintando a los niños pobres como meros objetos de caridad, mientras se llenan los bolsillos con el dinero del pueblo. Es una estrategia tan antigua como vil, que busca mantener el statu quo a costa del sufrimiento de los más desfavorecidos.

No podemos permitir que esta injusticia continúe. Es hora de exigir un cambio real, uno que ponga a los niños en el centro de nuestras políticas y acciones. Necesitamos un sistema que garantice que todos los niños, independientemente de su origen socioeconómico, tengan acceso a una educación de calidad, a una alimentación adecuada y a un entorno seguro y saludable.

Es fundamental reconocer que la educación pública es un derecho fundamental, no un lujo reservado para unos pocos privilegiados. Debemos invertir en nuestras escuelas y maestros, brindarles los recursos necesarios para que puedan cumplir con su noble tarea de educar a las futuras generaciones.

Además, debemos combatir la desigualdad desde la raíz, creando políticas que promuevan la inclusión social y económica. Esto implica no solo redistribuir la riqueza de manera más equitativa, sino también abordar las causas estructurales de la pobreza y la exclusión.

En última instancia, debemos recordar que el futuro de nuestra sociedad depende del bienestar de nuestros niños. Si queremos construir un país justo y próspero, debemos garantizar que cada niño, sin importar su origen, tenga la oportunidad de alcanzar su máximo potencial. Es hora de dejar de lado la retórica vacía y tomar medidas concretas para crear un futuro más equitativo para todos.

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