El presidente Javier Milei, conocido por su estilo tuitero y auténtico, enfrenta el difícil reto de gobernar para todos, más allá de las preferencias electorales. A medida que las encuestas reflejan una disminución en su imagen y la desaprobación de sus decisiones, se plantea la incertidumbre sobre el respaldo inicial que obtuvo. En un país dividido y afectado por la inflación y la pobreza, la frase "No la ven" aleja a Milei de aquellos que no lo votaron y también de los votantes poco convencidos.

El primer mes de gobierno de Milei estuvo marcado por la devaluación del dólar, un mega DNU cuestionado y una ley ómnibus que establece las bases del proyecto libertario. Aunque el oficialismo se muestra confiado, la falta de diálogo con la oposición y las críticas por no hablar ante el Congreso plantean interrogantes sobre el éxito de sus reformas.

En las redes sociales, la frase "No la ven" se convierte en un punto de polarización. Un informe destaca que, a pesar de la positividad inicial, la conversación digital tiende hacia la negatividad, especialmente tras los anuncios económicos. La interpretación del término "casta" también genera controversia, revelando la complejidad de la campaña de Milei en un contexto de alta inflación y dificultades económicas.