La aceleración en la campaña de vacunación y, por el momento, la variante Delta sin circulación comunitaria explican el franco descenso desde hace varias semanas en los casos y muertes por coronavirus.

Actualmente, Santa Fe registra una positividad del ocho por ciento por sobre el total de los testeos que se realizan, mientras existe un 56 por ciento de ocupación de camas críticas en los hospitales públicos, de los cuales solo el diez por ciento corresponde a enfermos por COVID.

En cuanto a los fallecidos, mientras en el mes pasado se habían confirmado 1.156, en los últimos 31 días se notificaron 524. Es decir que las víctimas fatales relacionadas al virus tuvieron un descenso intermensual del 54,67%.

Durante julio, el Ministerio de Salud provincial había sumado 41.151 infectados. Un mes después, fueron 18.095 los positivos reportados, lo que significa una baja del 56,03%.

Luego de alcanzar su pico de contagios (3.961) el 2 de junio, la curva de la provincia de Santa Fe comenzó un paulatino descenso, incluso mayor al esperado. De esos casi 4.000 casos diarios, un mes después bajó a 2.000, al siguiente a 1.000 y ahora el promedio semanal se ubica en aproximadamente 300. De hecho, el pasado domingo se registró la cifra más baja (107) de positivos en más de un año.

Por su parte, luego de mantenerse en un promedio alto durante junio y julio, los decesos informados comenzaron un marcado descenso en agosto. Tal es así que el promedio pasó de alrededor de 40 en julio a 15 en las últimas semanas.