La crisis institucional en Bolivia dio este miércoles un nuevo giro al presentarse en las puertas del parlamento la senadora Adriana Salvatierra, presidenta del Senado y quien en la línea sucesoria presidencial se encuentra por delante de Jeanine Áñez, autoproclamada presidenta en la noche del martes.

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Mientras que la derechista Jeanine Áñez era vicepresidenta segunda del Senado, Salvatierra –que es parte del MAS, el partido de Evo Morales– tiene el cargo de presidenta de la cámara parlamentaria y por eso gozaría del privilegio sucesorio tras la renuncia del presidente y su vice.

Medios bolivianos afines al nuevo gobierno de Jeanine Áñez señalaron que Salvatierra había renunciado a su banca el fin de semana. Sin embargo, esa versión fue rechazada por la propia Salvatierra.

"Aquí el coronel que está presente está impidiendo el acceso a la fuente laboral de los parlamentarios. Intentamos ingresar para tener una reunión con los parlamentarios, no nos dejaron ingresar. No sabemos todavía por órdenes de quién", reclamó la presidenta del Senado.

Estas son las muestras de que esto es un golpe de Estado y que las fuerzas del orden no brindan ninguna garantía para la seguridad de nadie.

Mientras Adriana Salvatierra se enfrentaba cara a cara con la policía, otros asambleístas del MAS coreaban "no hay renuncia" y "dictadura".

La crispación se elevó cuando la policía avanzó a los empujones sobre los legisladores de Evo Morales, quienes finalmente retrocedieron a reunirse en un edificio contiguo.

La reaparición de la "evista" Adriana Salvatierra podría significar una seria deslegitimación para Jeanine Áñez, quien luego de su juramento presidencial, y de haber prometido la pronta realización de elecciones, no ha vuelto a aparecer en los medios.