Cristina Fernández y el rompecabezas peronista de Santa Fe

En su regreso a Rosario después de cinco años, Cristina Fernández de Kirchner ratificó su conexión con la militancia, pero también evidenció la distancia y el pragmatismo en su vínculo con los dirigentes peronistas de Santa Fe. En un acto celebrado en el predio universitario de la UNR, donde estuvieron presentes espacios como La Cámpora y La Corriente, la ausencia de sectores clave del peronismo provincial fue notable.

El llamado "perottismo" optó por no participar, mientras que el Movimiento Evita, aliado con Ciudad Futura, priorizó una reunión en la capital provincial. Por su parte, el senador Marcelo Lewandowski se encontraba en Uruguay cumpliendo funciones como observador electoral. Este panorama ilustra una vez más las dificultades del peronismo santafesino para consolidar un proyecto político común.

Posteriormente, Cristina mantuvo encuentros con la conducción formal del PJ provincial, gremios y organizaciones sociales, quienes le trasladaron las preocupaciones derivadas del complejo contexto económico y social bajo el gobierno de Javier Milei. La falta de cohesión dentro del justicialismo santafesino, sin embargo, parece mantenerse inalterada, pese a los intentos de la expresidenta y otros actores nacionales.

La comparación con provincias como Córdoba, que han logrado construir un peronismo de identidad propia, resalta las falencias organizativas y estratégicas en Santa Fe. Mientras que en Córdoba el partido logra mantenerse en el poder independientemente de las corrientes nacionales, en Santa Fe los acuerdos se perciben como temporales y oportunistas.

La visita de Cristina puso de manifiesto la amplitud del mosaico peronista en la provincia, donde las múltiples piezas y colores aún no encuentran un encaje duradero.