La cooperativa de agua garantiza niveles seguros de arsénico y refuerza controles en toda la ciudad

En diálogo con La Mañana de la Radio, el gerente de la Cooperativa de Agua Potable de Villa Cañás, Lucas Doffi, llevó tranquilidad a la comunidad en medio de la preocupación generada por informes nacionales sobre la presencia de arsénico en el agua en distintas zonas del país.

Doffi explicó que el tema “no es nuevo” y que la cooperativa viene trabajando sobre esta problemática desde hace 25 años, con inversiones sostenidas y un sistema de control permanente que ubican al servicio local en una posición destacada dentro de la provincia de Santa Fe.

“Nos podemos quedar tranquilos: la cooperativa está en nivel uno, el nivel óptimo según el ente regulador, y contamos con planta de abatimiento de arsénico y flúor”, remarcó.
 
De dónde viene el arsénico y por qué es clave consumir agua segura
El gerente explicó que en la zona geográfica de Villa Cañás se registran altas concentraciones de arsénico en las napas subterráneas, es decir, en el agua que surge de las perforaciones y bombas de pozo.

El problema aparece principalmente cuando el agua de pozo se utiliza para beber o cocinar:

En la cocción de alimentos, el contenido de arsénico puede aumentar entre un 10% y un 30%.
En legumbres y granos, ese incremento puede llegar hasta un 200% o 250%.
Por eso, Doffi insistió en la recomendación de la cooperativa:

“Siempre que sea posible, hay que consumir agua segura, tratada para consumo humano.”
 
Planta de tratamiento y nivel máximo de calidad provincial
La cooperativa de agua de Villa Cañás fue creada en 1979 y comenzó a brindar servicio en 1983. En los primeros años, el foco estuvo en resolver los problemas bacteriológicos del agua. Con el tiempo, las normativas fueron incorporando parámetros químicos, en donde el arsénico y el flúor se convirtieron en el principal desafío.

Para enfrentarlo, la cooperativa inauguró en 2001 una planta de tratamiento de arsénico y flúor, desarrollada por el Centro de Ingeniería Sanitaria de la Universidad Nacional de Rosario. Esa planta permite reducir fuertemente los niveles de esos componentes y mantenerlos dentro de los límites aceptables para consumo humano.

El servicio es controlado por el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (ENRESS), que clasifica a las prestadoras en seis niveles. Solo las categorías 1 y 2 pueden distribuir agua de red para consumo.

“Villa Cañás está en nivel 1, el nivel óptimo”, destacó Doffi.
 
Controles permanentes y monitoreo tripartito
Doffi detalló que la calidad del agua se controla de manera tripartita:

Autocontroles de la cooperativa

Se realizan con la periodicidad que exige el ENRESS.
Los resultados se elevan a la provincia una vez obtenidos.
Controles del municipio, a través del área de Bromatología, como poder concedente del servicio.
Controles del ENRESS, que actúa como poder de policía.

Técnicos del ente llegan sin previo aviso cada 2 o 3 meses, toman muestras y las analizan.
Los resultados deben coincidir con los informes que presenta la cooperativa.
“Estamos controlados continuamente”, subrayó el gerente, y remarcó que estos mecanismos son la base para sostener la confianza en el agua que llega a cada hogar.

 
Agua segura: red, canillas públicas y planta de ósmosis inversa
Además de la red domiciliaria, la cooperativa ofrece distintas alternativas para asegurar el acceso a agua tratada:

Red de agua potable para consumo en el 100% de la ciudad.
Canillas públicas distribuidas en distintos puntos, donde los vecinos pueden cargar bidones y recipientes.
Planta de ósmosis inversa en la sede de la cooperativa, similar a las que utilizan las empresas envasadoras de bidones.
“Cualquier asociado puede acercarse con su bidón limpio y desinfectado y cargar agua en la planta de la cooperativa”, explicó Doffi. Esta opción también resulta útil para quienes atraviesan inconvenientes temporales en sus instalaciones domiciliarias.

 
Cloro, olor y limpieza de tanques: por qué es importante el mantenimiento
Uno de los mensajes de los oyentes consultaba por el olor o “gusto a lavandina” del agua en algunas ocasiones. Doffi aclaró que ese olor está relacionado con el cloro, el elemento que garantiza que el agua sea apta desde el punto de vista bacteriológico.

El cloro actúa cuando hay suciedad o contaminación en tanques o cañerías.
Se han detectado casos de tanques domiciliarios sin tapa, incluso con animales muertos en su interior.
En estas situaciones, es el cloro el que “defiende” al usuario, neutralizando bacterias y microorganismos.
Doffi recomendó limpiar los tanques al menos una vez al año y revisar regularmente tapas y conexiones, sobre todo después de tormentas fuertes que puedan desplazarlas.

 
Cloacas y cierre del círculo sanitario en la ciudad
Otro punto clave que destacó el gerente fue la obra de cloacas, realizada en coordinación con la cooperativa, el municipio y el Concejo.

Antes de la red cloacal, era frecuente que cada vivienda tuviera un pozo ciego y una perforación de agua de pozo a pocos metros, lo que generaba contaminación cruzada de las napas. Esa situación se repetía casa por casa, cuadra por cuadra.

Con la puesta en marcha de la cooperativa y la cloración del agua, se dio el primer paso para mejorar la calidad bacteriológica. Luego, la extensión de la red de cloacas al 100% de la ciudad permitió cerrar el círculo sanitario:

Se redujo entre un 60% y un 70% la fuente de contaminación bacteriológica.
Hoy solo quedan algunos pozos de viviendas que aún no se conectaron, pero la tendencia es a su eliminación progresiva.
“Muy pocas localidades tienen 100% de agua y 100% de cloacas como Villa Cañás”, remarcó Doffi.

 
Inversiones ocultas: cañerías nuevas, más presión y grupos electrógenos
Gran parte del trabajo de la cooperativa “no se ve” porque ocurre bajo tierra. Entre las obras más importantes, Doffi mencionó:

Renovación interna del tanque (“plato volador”) y reemplazo de cañerías con décadas de uso, para evitar roturas futuras.
Construcción de un ducto de 3.000 metros desde el tanque hasta un sector en expansión de la ciudad, donde se levantaron nuevas viviendas y loteos.

Esto permitió aumentar la presión de la red de 600 gramos a entre 1,4 y 1,6 kilos, mejorando el servicio en toda la zona.
Incorporación de grupos electrógenos en puntos críticos:

En la planta de abatimiento de arsénico y flúor.
En el sistema de extracción de agua.
En las estaciones elevadoras de cloacas.
De este modo, ante un corte de energía eléctrica, la cooperativa puede seguir brindando el servicio de manera normal, tanto de agua como de cloacas, sin que la mayoría de los vecinos lo note.

 
Un servicio cooperativo, de los socios y para los socios
Al cierre de la entrevista, Doffi destacó que la cooperativa mantiene su misión original:

“La cooperativa es de los asociados, y su único fin es brindar un servicio de calidad, siempre tratando de mejorar.”
Con planificación, inversión sostenida y controles permanentes, la Cooperativa de Agua Potable de Villa Cañás se consolida como una referencia en el sur de Santa Fe, garantizando agua segura y un sistema sanitario robusto para toda la comunidad.