Inversores globales impulsan una fuerte demanda por deuda argentina en dólares

La demanda por instrumentos financieros argentinos en dólares volvió a crecer con fuerza en las últimas semanas. Empresas y provincias ya sumaron más de USD 3.500 millones en emisiones durante noviembre, en un contexto marcado por el renovado interés de grandes fondos internacionales y rendimientos todavía considerados atractivos.

Una de las señales más claras fue la reciente colocación del Bono Tango por parte del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que recibió órdenes por USD 1.700 millones, aunque finalmente adjudicó USD 600 millones. Este nivel de sobresuscripción se repite en casi todas las emisiones realizadas desde las elecciones legislativas.

Según especialistas, la mejora en el clima político tras los comicios –con un oficialismo fortalecido y un kirchnerismo debilitado– despejó parte del riesgo percibido por los inversores. Esto, sumado a tasas cercanas al 8% anual en dólares y a la reducción de las tasas de referencia en Estados Unidos, promovió una mayor búsqueda de activos argentinos.

En lo que va de otoño, las compañías argentinas ya colocaron más de USD 3.000 millones y lograron financiarse a plazos de hasta 12 años, como en el caso de Pampa Energía. Con nuevas emisiones privadas y emisiones provinciales en agenda, el monto total podría superar los USD 5.000 millones en cuestión de semanas.

Otro factor relevante es la baja participación de activos argentinos en los portafolios globales. Tras años de cautela, los administradores de fondos consideran que aún existe amplio margen para seguir incrementando posiciones en bonos y acciones locales.

El mercado también observa con atención la brecha entre el riesgo país que pagan los bonos corporativos y las emisiones soberanas. En las últimas semanas, las colocaciones privadas y de la Ciudad se ubicaron en niveles equivalentes a un riesgo país inferior a los 400 puntos básicos, mientras que los títulos nacionales continúan por encima de las 600 unidades. Si esta diferencia se acorta, podría impactar positivamente en los precios de los bonos más largos.

En paralelo, el Gobierno analiza su estrategia para los próximos vencimientos. A fin de mes debe afrontar pagos por USD 1.000 millones al FMI y, en enero, otros USD 4.300 millones a bonistas privados. El presidente Javier Milei reiteró que el objetivo inmediato es recuperar el acceso a los mercados antes que acumular reservas, aunque aún no está definido el mecanismo: uso de reservas, préstamos sindicados, nuevas colocaciones o un programa de recompra de deuda impulsado por el ministro de Economía, Luis Caputo.