En medio de crecientes tensiones y alegaciones de manipulación, el Kremlin ha respondido a las acusaciones de presión sobre la madre de Alexéi Navalny, calificándolas de "absurdas". Tras la muerte repentina del destacado político opositor en una colonia penal del Ártico el 16 de febrero, surgieron denuncias de que las autoridades rusas habían presionado a su madre, Lyudmila Navalnaya, en relación con los arreglos funerarios de su hijo.

Una portavoz de Navalny afirmó que las autoridades rusas habían dado a la madre un ultimátum para acordar un velorio privado en un plazo de tres horas o de lo contrario sería enterrado sin ceremonia pública en la prisión. Estas acusaciones han sido negadas rotundamente por el Kremlin, que afirma que el presidente Putin no estuvo involucrado en tales decisiones.

A pesar de las dificultades para la entrega del cuerpo, finalmente fue entregado el sábado a la madre de Navalny en la ciudad de Salejard, en el Ártico ruso. Sin embargo, no se han anunciado aún los detalles del funeral.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha rechazado las alegaciones de que Putin haya intervenido para acelerar el proceso de entrega del cadáver, insistiendo en que el presidente no gestiona tales asuntos directamente.

Las declaraciones de Peskov se suman a la creciente controversia en torno a la muerte de Navalny y a las acusaciones de falta de transparencia por parte de las autoridades rusas.