Según un informe presentado por la consultora LCG, las transferencias automáticas a las provincias podrían descender este año a su nivel más bajo desde el 2007. Este pronóstico se basa en una combinación de políticas de recorte del gasto por parte del Gobierno nacional y una disminución en los ingresos provenientes de impuestos coparticipables.

El estudio señala que se estima que las provincias recibirán solamente el 28% del total recaudado, una cifra similar a la registrada hace 15 años. Esto representa un retroceso significativo en comparación con el 34% recibido el año pasado, que marcó un máximo histórico.

Las razones detrás de esta reducción incluyen cambios en la composición de los recursos tributarios, con un aumento en impuestos no coparticipados, como los derechos de exportación y el impuesto País. Además, reformas como la elevación del mínimo no imponible en el impuesto a las Ganancias también impactarán en los ingresos provinciales.

La disputa entre el Gobierno nacional y los gobiernos provinciales, exacerbada por el rechazo de la Ley Ómnibus en el Congreso, ha llevado a un recálculo en el ajuste de los fondos discrecionales destinados a las provincias. Se espera que estos ajustes se incrementen hasta el doble de lo previsto inicialmente.

A pesar de los recortes propuestos, desde LCG aseguran que el impacto en las finanzas provinciales podría ser limitado, ya que incluso con una reducción completa de los giros provinciales, aún se podría lograr un ajuste significativo para equilibrar el resultado financiero.

Tanto en las transferencias automáticas determinadas por la fórmula de coparticipación federal, como en los fondos discrecionales, las provincias enfrentarán una notable disminución en los ingresos proporcionados por el Gobierno nacional. En algunos casos, estas reducciones ya se han hecho evidentes, con recortes del 100% en los primeros meses del año.