Macri juntó a las primeras y segundas líneas del Gobierno y a dirigentes legislativos en la tradicional reunión de gabinete ampliado. Aunque esta vez estuvo teñida por el crudo mensaje de ayer en el Congreso y por la escenografía: la cita fue en la Nave de las Ciencias de Tecnópolis, uno de los emblemas del kirchnerismo, el lugar escogido por Daniel Scioli y Carlos Zannini para su cierre de campaña el año pasado, antes de las elecciones primarias. El parque temático de Villa Martelli, en Vicente López, es parte de la herencia de la que ayer se quejó el mandatario.

El primero en hablar fue Gustavo Lopetegui, coordinador de Políticas Públicas de la Jefatura de Gabinete y uno de los funcionarios de mayor peso en el control de la gestión macrista. "Hay que ahorrar", fue el mensaje del funcionario, en línea con el crudo análisis trazado ayer por Macri sobre el estado de la administración pública.

A Lopetegui lo siguió la vicepresidenta, Gabriela Michetti, que abundó en "ejemplaridad" y trabajo en equipo, según aseguraron los presentes a Infobae. Luego fue el turno del jefe de Gabinete, Marcos Peña. "No hay que perder la esencia del PRO y de Cambiemos. Hay que mantener cercanía y diálogo con los vecinos. En un año hay elecciones de nuevo, el voto no es un cheque en blanco", pidió el funcionario, el más influyente del entorno presidencial.

Antes del Presidente tomaron la palabra el ministro Rogelio Frigerio y el diputado Mario Negri, del radicalismo. Frigerio habló de "entablar lazos con los distintos sectores políticos para garantizar la gobernabilidad del país", mientras que el radical machacó con la idea de obsesionarse con la búsqueda de consensos. "Algo que no nos dejaron hacer en 12 años", dijo.

En medio de las arengas expuso un especialista en ciencia y tecnología, que recordó sus desayunos mensuales con Rogelio Frigerio, padre del desarrollismo y abuelo del ministro del Interior. "Es un verdadero gusto formar parte del mismo equipo", se emocionó el científico, entrado en años.

- Infobae