El lunes 6 de febrero se conocerá la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 contra los rugbiers acusados de asesinar a Fernando Báez Sosa afuera de un boliche en Villa Gesell. Al respecto, esta mañana habló en El Primero de la mañana con Marita Montero por FM Sonic el reconocido abogado penalista Miguel Ángel Pierri. Ante el clamor popular para que el veredicto final para los rugbiers sea cadena perpetua, el famoso profesional dijo: “La voz del pueblo es la voz de Dios. La voz social pide un gran castigo, que se les aplique la máxima pena”. Más allá de lo que la gente reclame “el tribunal no puede dejarse llevar por pasiones o el dolor de los padres”. “No hay condena que repare tanto dolor. Desde nuestro lugar lo que debemos hacer es no olvidarnos después del fallo”, reconoció.

Específicamente en cuanto al juicio -que está llegando a su final- Pierri remarcó que los fiscales indican que hubo una voluntad coordinada, lo que determina el dolo de muerte. “Eso es un agravante del homicidio, por lo tanto, corresponde perpetua”. A la hora de los detalles, al penalista le cuesta creer en la alevosía de Ayrton Viollaz – uno de los que no formó parte de los cinco que rodeó a Fernando a la salida del boliche pero que la fiscalía entiende que de acuerdo a las pruebas recolectadas participó directamente de la agresión y golpeó reiteradamente a la víctima-. Por otro lado, para Pierri hay tres muy involucrados: Máximo Thomsen, Enzo Comelli y Luciano Pertossi, quienes podrían recibir el esquema de penas más alto, y sobre el resto habría que analizar muy bien la resolución. “El tribunal debería dar penas diferentes para los acusados, aunque de todas maneras pasarán mucho tiempo privados de la libertad”, expresó Pierri sobre quienes “tomaron la violencia como una manera de manejarse”. “El fallo tiene que ser justo. Hay varios responsables y por otro lado este juicio es incompleto, ya que se deberían haber incluido a quienes representaban el boliche, la seguridad”, amplió.

La estrategia de la defensa

Para el abogado que fuera defensor de Jorge Mangieri, el portero condenado a cadena perpetua por matar a Ángeles Rawson en 2013, Hugo Tomei mantuvo en silencio a los acusados “porque jugó al homicidio con autor indeterminado. Él no tenía que hacerlos declarar”. Según el análisis de Pierri, el proceso incluyó el pedido de absolución, el homicidio como consecuencia de una riña o agresión (Art. 95 del Código Penal), luego lo que declaró Thomsen –“Yo le pegué, pero no tuve la intensión de matarlo”-. y por último, homicidio simple con dolo eventual. 

“Como abogado de los acusados el silencio fue una buena estrategia”, manifestó Pierri, aunque reconoció: “Yo hubiera tenido más empatía con la familia de la víctima porque el arrepentimiento fue artificial”. Más allá de esta última apreciación, Pierri distinguió a Tomei como “una persona con gran experiencia que conoce muy bien este paño; se enfrentó a todos y lo hizo solo”.

Por último, Pierri destacó que (Fernando) Burlando, el abogado de la familia de Fernando Báez Sosa, presentó buen material documental, muy técnico y explicativo, con un posteo minucioso de la causa.