“Es difícil afrontar la situación y tiene que ver con el tiempo en el que cada uno madura y procesa todo esto.  A mí me toca esta parte de salir en los medios porque mi hija lo quiere así. Mi hija hoy tiene 15 años y esto pasó cuando tenía entre 11, 12 y 13 años. Ella no podía hablar, pero lo manifestaba a través de su cuerpo, y luego de varias consultas con su pediatra nos recomendó hacer terapia porque sospechaba que venía por el lado emocional”, relató Débora. 

Sobre los momentos previos a conocer la realidad de los hechos: “Mi hija comenzó a cambiar sus hábitos. Dejo de disfrutar de levantarse para ir al colegio y de repente no bailaba y cantaba como siempre. Estas cosas son llamados de atención, pero en mi cabeza nunca pensé en la enorme gravedad de los hechos”, profundizó

La fiscal de la causa, Florencia Schiappa Pietra, le comunicó a la familia de la víctima que, luego de que no se hayan sumado nuevas denuncias, tras la feria judicial iba a elevar la causa a juicio oral y público. 

“Comenzamos una movida porque sospechábamos que mi hija no es la única víctima. Y luego de salir a los medios y realizar marchas, nos han comunicado que se ha sumado una nueva denuncia formal a la causa. Yo entiendo que es difícil y doloroso, pero es muy necesario que podamos hablar y no ocultar más lo que han sufrido muchas niñas en ese colegio”, mencionó. 

Sobre el estado de salud de su hija: “A mi hija le cambiaron la vida para siempre y no es una adolescente como todos. Tiene muchos problemas de salud y sigue con tratamiento psicológico y psiquiátrico. Es un día a día, hay etapas en la que está mejor y luego etapas más tristes y dolorosas. Estoy acá por su pedido y para tratar de ser la voz de las víctimas que aún no pueden hablar”, cerró Débora. 

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