CLG dialogó con el meteorólogo Oscar Monjelat, quien vaticinó un abril lluvioso y con un marcado descenso de temperaturas, factores propicios para el contagio del coronavirus

La pandemia del coronavirus continúa avanzando en el mundo y ya ha infectado a más de 500.000 personas. Si bien es un virus con una tasa de mortalidad relativamente baja (entre 1,6 y 3,4% de los casos confirmados), posee una transmisibilidad muy alta. Sin embargo, expertos aseguran que su contagio disminuye en épocas cálidas.

En Argentina el verano quedó atrás y ya se transita el otoño, aunque las temperaturas altas todavía se mantienen en gran parte del país, Rosario incluida. Al tener 966 casos confirmados y 23 fallecidos, la preocupación en el país pasa por la llegada del invierno y por si efectivamente aumentará la tasa de contagio.

CLG dialogó con Oscar Monjelat, meteorólogo y director del Grupo Caza Tormentas del Sur, quien vaticinó el clima que se viene en abril en Rosario, la región y el país: «Por lo que estamos viendo, abril va a comenzar con un importante cambio con respecto a cómo vino comportándose hasta ahora el mes de marzo».

 Oscar Monjelat (Foto: Gentileza La Capital)
«Vamos a tener un importante cambio en cuanto a las temperaturas. A partir del martes 31 comienza un cambio muy brusco, nos vamos a mover a un ambiente más frío», agregó.

El meteorólogo indicó que el próximo mes será lluvioso y fresco: «Abril va a comenzar con tormentas y lluvias, que se pueden extender intermitentemente hasta el día 10. A partir de ahí empezamos con el tiempo otoñal, con mañanas frescas y días más agradables».

Sin embargo, como es de esperar, el frío más intenso llegará recién a partir de junio: «De todas maneras el descenso fuerte de temperaturas y el frío llegará justamente cuando termine el otoño. Vamos a tener un período invernal con muchas nevadas en zonas precordilleranas, algo que va a influir en la pandemia: se estima que vamos a tener el pico de coronavirus justo cuando estemos entrando en la estación invernal», indicó.

Por último, Monjelat explicó que, si bien las grandes urbes como Rosario son más cálidas que las zonas rurales y suburbanas, tienen menos circulación de aire, lo que puede llegar a influir en los contagios: «Las grandes ciudades desarrollar un estilo de microclima mucho más templado que los alrededores. En este verano hemos registrado diferencias de 10 grados entre el centro rosarino y una zona rural en el mismo momento. Sin embargo, en el invierno es contraproducente, porque las grandes ciudades tienen poca ventilación, entonces vamos a tener problemas por la falta de circulación de aire».