Pero también sienten los golpes demoledores de la crisis. Con salarios atrasados y sin créditos, las ventas de este medio de locomoción de los trabajadores se derrumbaron 70% el año pasado de acuerdo con Marcelo Meller, principal accionista de Motomel. Esa situación arrastró a otras empresas como Zanella, con 72 años de historia: prolongó un concurso de acreedores que viene desde 2003, cerró plantas en Mar del Plata, San Luis y Córdoba y ahora le toca a su marca.
Precisamente la marca Zanella, cuya cabeza visible es el suizo Walter Steiner, es lo que enfrenta a Motomel, con planta en la bonaerense San Nicolás, con su competidor Corven de la familia Iraola y planta de Venado Tuerto. Al estar concursada en San Luis, la justicia provincial interviene en la venta de la marca Zanella. Hubo un primer intento. Motomel ofreció un precio que duplicaba al de Corven que propuso US$ 2millones, sustancialmente más bajo que la tasación del mercado. Igual, el juez de San Luis dio luz verde a Corven. El magistrado fue recusado poco después por Motomel. Esta semana le toca a la Cámara provincial y en el medio está la suerte de los empleados. 
Meller (Presidente de Motomel) dice a Clarín que su oferta implica la continuidad de los 500 empleos e inversiones por $ 3.000 millones en tres años en la provincia. De acuerdo al empresario, la marca Zanella le permitiría ampliar el negocio en un sector que, de acuerdo a sus estimaciobnes, se recuperará: prevé ingresos por $ 5.000 millones este año.
Corven no se queda atrás y es probable que anticipe dinero a Zanella para que salga del concurso, evite la decisión judicial, y sea la misma Zanella la que decida en manos de quién queda su marca. En ese caso, se llama a compulsa.
Motomel tiene el 20% del mercado y en breve comenzará en breve a fabricar la marca japonesa Suzuki en el país. Corven fabrica las motos Bajaj, que con partida de nacimiento en la India es la tercera mayor del mundo.

Por Silvia Naishtat - Sección Economía de Clarín