La jueza Mónica Klebcar reconoció la relación entre el conductor y la firma y la enmarcó en la Ley de Defensa del Consumidor para hacer lugar a la demanda.

El hecho ocurrió en enero de 2013 cuando Ramiro G. pinchó la rueda trasera derecha de su vehículo, producto de un bache ubicado en el kilómetro 317 de la autopista, a la altura de la ciudad de Roldán, y terminó volcando en el cantero central. A causa del accidente, el joven de 21 años sufrió graves lesiones que lo mantuvieron internado durante 17 días. Como consecuencia del siniestro, interrumpió su carrera como jugador de rugby.

Iniciada la demanda, la jueza acreditó las pruebas del siniestro y enmarcó la relación dentro de la Ley de Defensa del Consumidor. Dijo que la firma “asumió una obligación de prestar un servicio” y que el vínculo que une al que contrata y usa el servicio y a la concesionaria “configura una relación de consumo”. Y señaló: “Quien paga el peaje, como quien usa la ruta para los fines del tránsito, son consumidores o usuarios”.

Klebcar acreditó, además, que el corredor estaba en obra desde el 1 de septiembre de 2011, sin señalización, con baches en su traza. E hizo responsable a la concesionaria por el mal estado de la autopista. “Del contrato de concesión surge una obligación de seguridad amplia, que resultó incumplida al no mantener a la cinta asfáltica en buen estado de circulación”, señaló la jueza, quien resolvió condenar a Cincovial SA a pagarle un millón y medio de pesos más intereses por los daños producidos.