El dolor resurge: Asesinato de Ezequiel Altamira evoca la tragedia de Fernando Báez Sosa

Graciela Sosa, madre de Fernando Báez Sosa, se une al clamor de justicia tras el brutal asesinato de Ezequiel Altamira, un joven de 16 años. El incidente, ocurrido el 25 de octubre en Ituzaingó, despierta preocupaciones sobre la violencia juvenil y la seguridad en Argentina.

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Graciela Sosa, la mamá de Fernado Báez

El reciente asesinato de Ezequiel Altamira, un adolescente de 16 años, ha conmocionado a la sociedad argentina y ha reabierto heridas relacionadas con la violencia juvenil. Altamira falleció tras recibir un golpe mortal en la cabeza a la salida del boliche “The Club” en Ituzaingó. El suceso, que tuvo lugar el 25 de octubre, ha generado comparaciones inevitables con la trágica muerte de Fernando Báez Sosa, quien fue asesinado en circunstancias similares en enero de 2020.

La noche del ataque, Ezequiel y sus amigos se encontraban esperando transporte en una plaza cercana al boliche. Según informes, fueron abordados por un grupo de ocho adolescentes, de los cuales dos regresaron más tarde para iniciar una pelea. Durante el altercado, Ezequiel fue golpeado en la cabeza y, aunque inicialmente recibió atención médica en el lugar, su condición se deterioró rápidamente. Fue declarado muerto poco después, tras ser encontrado inconsciente por sus amigos al día siguiente.

Las autoridades han arrestado a tres sospechosos, incluyendo a un menor de 14 años, quien es acusado de ser el agresor principal. Este caso plantea nuevamente la discusión sobre la baja imputabilidad en jóvenes y las raíces de la violencia entre adolescentes en el país. Graciela Sosa, madre de Fernando, expresó su dolor y solidaridad en un mensaje en redes sociales: “Mis condolencias a toda la familia. Es muy triste perder un hijo. Justicia”.

El caso de Ezequiel Altamira revive el debate sobre la seguridad y la necesidad de acciones concretas para abordar la violencia en los espacios públicos. La comunidad espera respuestas y justicia, mientras el tema se convierte en un grito de alerta para la sociedad argentina.

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