AFA suspendió a Kudelka e Ibáñez tras el escándalo en Barracas–Huracán

El Tribunal de Disciplina de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) dispuso la suspensión provisional de Frank Darío Kudelka, exentrenador de Huracán, y del futbolista César Román Ibáñez, tras el convulsionado empate 1-1 frente a Barracas Central por la fecha 16 del Torneo Clausura 2025. La medida responde a los incidentes que se produjeron en el estadio Claudio Fabián Tapia luego de una serie de decisiones arbitrales que generaron fuerte rechazo del plantel visitante.

Según el boletín difundido este miércoles, ambos deberán presentar su descargo por escrito en el plazo reglamentario, en el marco de los artículos 47 y 48 del Código Disciplinario. La sanción también alcanzó al preparador físico Mariano Hernán Lisanti, involucrado en los reclamos posteriores al encuentro.

El punto más crítico del partido fueron los dos penales sancionados a favor de Barracas Central, ambos confirmados por el VAR bajo la conducción de José Carreras. Las determinaciones encendieron la furia del equipo de Parque Patricios, que volvió a expresar la sensación ampliamente compartida entre los hinchas sobre un arbitraje local que arrastra desconfianza y señales de favoritismo en momentos decisivos.

En su informe, el juez Andrés Gariano describió que Kudelka lo increpó con frases de fuerte tono personal, mientras que Lisanti también protagonizó un cruce físico y verbal. Sin embargo, el trasfondo del conflicto vuelve a poner en agenda la discusión sobre la calidad, transparencia y credibilidad del arbitraje argentino, cuestionado de manera sistemática por múltiples clubes y por una gran parte de los simpatizantes.

La suspensión llega apenas un día después de que Claudio “Chiqui” Tapia defendiera públicamente a los árbitros asegurando que “tan malo no es” el nivel actual. Las sanciones, no obstante, profundizan la distancia entre la dirigencia de AFA y los reclamos que se multiplican en las tribunas y redes sociales, donde crece el pedido de profesionalización real, controles más estrictos y un sistema de revisión sin influencias externas.

Para Huracán, el episodio resume el malestar acumulado por fallos que consideran determinantes. Para el fútbol argentino, vuelve a exponer un problema de fondo que excede a un partido aislado y que exige respuestas institucionales que, por ahora, siguen sin aparecer.