Elecciones en EE. UU.: ¿Cómo cambiará la relación entre Argentina y Washington?

El 5 de noviembre de 2024, los ciudadanos estadounidenses votan para elegir al próximo presidente. Este resultado no solo tendrá repercusiones en el ámbito interno de EE. UU., sino que también promete afectar la relación entre Argentina y Washington. La política exterior estadounidense ha mostrado un interés limitado por América Latina en campañas recientes, una tendencia que podría continuar independientemente de si Trump, el candidato republicano, o Harris, la demócrata, triunfan en las elecciones.

El presidente argentino Javier Milei ha expresado su deseo de mantener una alianza estratégica con el nuevo gobierno estadounidense, sin importar quién sea el elegido. Su enfoque se centra en sostener un vínculo de Estado que facilite la cooperación con Washington, especialmente en temas económicos y de seguridad. Con una preferencia ideológica hacia Trump, Milei podría enfrentar dificultades si el nuevo presidente implementa políticas proteccionistas que afecten negativamente la economía argentina.

Según analistas políticos, como el exembajador Jorge Argüello, América Latina no está en las prioridades de la agenda exterior de EE. UU. Sin embargo, la elección de un nuevo encargado para las relaciones con la región podría señalar un cambio de enfoque. En el caso de una victoria de Trump, es probable que se reavive la guerra comercial con China, lo que podría complicar la situación para Argentina, dado el vínculo de Milei con el magnate estadounidense.

Por otro lado, si Harris gana, se espera que su administración adopte un enfoque más multilateral y preste más atención a América Latina, lo que podría beneficiar las relaciones comerciales y diplomáticas con Argentina. La candidata demócrata ha enfatizado la importancia de la cooperación en derechos humanos y cambio climático, áreas que podrían entrar en conflicto con la visión de Milei.

Independientemente del resultado, ambos escenarios presentan desafíos. Una victoria de Trump podría consolidar a Milei como un líder regional alineado con EE. UU., pero también generaría tensiones con otros socios comerciales como China y Brasil. En cambio, una presidencia de Harris obligaría al gobierno argentino a adoptar un enfoque más pragmático y a adaptarse a las prioridades ambientales y sociales del nuevo gobierno.