El Papa Francisco designa a 21 nuevos cardenales y pide un alto al fuego en Medio Oriente

El Papa Francisco, durante el rezo del Ángelus el domingo pasado desde el Palacio Apostólico, anunció la creación de 21 nuevos cardenales de la Iglesia Católica, entre los que se encuentra el argentino Vicente Bokalic Iglic, arzobispo de Santiago del Estero. Esta arquidiócesis fue recientemente reconocida como la "sede primada" del país, una distinción honorífica que devuelve a Santiago del Estero un valor simbólico histórico. La mayoría de los nuevos cardenales provienen de las "periferias del mundo", una de las prioridades del pontificado de Francisco. Además de Bokalic, también fueron designados el chileno Fernando Natalio Chomali Garib, el brasileño Jaime Spengler, el peruano Carlos Castillo Mattasoglio y el ecuatoriano Gerardo Luis Cabrera Herrera.

La ceremonia que formalizará la designación se celebrará en Roma el próximo 8 de diciembre, antes de la apertura del Jubileo de la Esperanza 2025. Con esta decisión, el Papa Francisco refuerza su influencia en el colegio cardenalicio, ya que con los nuevos nombramientos la cantidad de cardenales electores creados por él asciende a 112, sobre un total de 122 cardenales con derecho a voto.

Durante el mismo acto, el Papa realizó un llamado urgente para el alto al fuego en Medio Oriente, expresando su cercanía con las víctimas del conflicto. "Mañana se cumplirá un año del atentado terrorista contra el pueblo de Israel, al que renuevo mi cercanía. Desde aquel día, Medio Oriente se ha sumido en un sufrimiento cada vez mayor, con acciones militares destructivas que siguen afectando a la población palestina", señaló el pontífice. Francisco también hizo hincapié en la necesidad de liberar a los rehenes en Gaza y pidió un alto el fuego inmediato en todos los frentes, incluido el Líbano.

La lista de los nuevos cardenales incluye figuras destacadas de diferentes países como el arzobispo de Teherán, Dominique Joseph Mathieu; el de Toronto, Francis Leo; y el arzobispo de Aviyán, Ignace Bessi Dogbo, entre otros. Esta decisión, según el propio Francisco, "expresa la universalidad de la Iglesia, que sigue anunciando el amor misericordioso de Dios a todos los hombres de la Tierra".