En jornadas en las que calles, rutas y hasta autopistas amanecieron anegadas, desde Defensa Civil de la Municipalidad señalaron que por estas horas miran de cerca el comportamiento de los arroyos Saladillo y Ludueña, dos cuencas que, de crecer en forma desmedida, podrían causar problemas, aunque por ahora se encuentran lejos del nivel de alerta. "Hay que estar atentos porque queda mucha agua por escurrir de los campos y al mismo tiempo lluvia por caer, de acuerdo a los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional", señaló Gonzalo Ratner, director del área.

Mientras tanto, la gran cantidad de agua que cayó no escurre en muchos barrios del sur y oeste de la ciudad, sobre todo en asentamientos irregulares donde no hay sistemas de drenajes formales. Allí, a lo largo de este viernes, se llevaban adelante operativos de drenaje con bombas, ya que incluso el agua había ingresado a los domicilios.

Lo cierto es que la cantidad de agua que cayó en los últimos días puso en alerta tanto a Rosario como a Villa Gobernador Gálvez, que miran de cerca el comportamiento del Saladillo. Si bien ya por estas horas hay importantes indicios de crecida, desde Defensa Civil explicaron que "aún está lejos del nivel de alerta".
Lo mismo viene sucediendo, en el norte y oeste de la ciudad con el arroyo Ludueña, que también está bajo monitoreo constante, aunque también todavía lejos de su máximo nivel.(fuenteLa capital)