Los trabajadores argentinos enfrentan un panorama desalentador en el comienzo de 2024, con los salarios aún rezagados frente a la inflación. Según datos recientes, los salarios quedaron casi 60 puntos por detrás de la inflación en 2023, y las perspectivas para este año no son alentadoras.

Rubros enteros aún no han experimentado siquiera una mínima recomposición salarial, con el sector patronal expresando incertidumbre sobre su capacidad para abonar sueldos existentes. Esta situación ha llevado a un preocupante aumento en la tasa de pobreza entre los trabajadores asalariados, a pesar de tener empleo formal.

Especialistas advierten sobre una creciente "pauperización" que se agrava a medida que los índices de inflación continúan en niveles elevados, manteniéndose en dos dígitos durante largos períodos. En enero, la inflación alcanzó un 20,6%, y se estima que para febrero se repita este porcentaje, lo que dificulta que los salarios siquiera puedan seguir el ritmo de ajuste.

Según la Universidad Católica, el 57% de la población ya se encuentra en condiciones de pobreza medida por ingresos. Los trabajadores no registrados son los más afectados, con un aumento salarial en 2023 que quedó rezagado casi 100 puntos respecto de la inflación anual.

El economista Jorge Colina destaca que los trabajadores informales tuvieron una caída real de su salario del 30% en 2023, mientras que los formales sufrieron una caída del 15%. Esta tendencia se refleja también en el sector público y privado, con una pérdida de poder adquisitivo significativa en ambos.

El director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, Nadin Argañaraz, señala que los trabajadores informales son los más afectados desde hace años, perdiendo el equivalente a 19,1 sueldos entre 2018 y 2023. Esta situación evidencia una profunda crisis salarial que afecta a todos los sectores de la economía.

En resumen, el panorama salarial para los trabajadores argentinos en 2024 es sombrío, con los salarios rezagados frente a la inflación y una creciente preocupación por la pérdida de poder adquisitivo. La falta de recomposición salarial y la persistencia de altos niveles de inflación están llevando a un aumento en la tasa de pobreza y una mayor precarización laboral en el país.