Este jueves se anticipa un nuevo aumento en los precios de los combustibles que mantienen en vilo a los consumidores. Según fuentes, el incremento podría oscilar entre el 10% y el 15%, aunque la variación exacta dependerá de las decisiones del gobierno nacional.

Diferente de los incrementos anteriores, esta vez, la actualización está vinculada al componente impositivo. La expectativa es que un descongelamiento total podría llevar a un aumento del 25% en los surtidores, pero el gobierno parece estar considerando realizarlo de manera gradual.

Daniel Giribone, titular de la Cámara de Estaciones de Servicios de Rosario, confirmó este incremento y expresó: "No tenemos información precisa sobre el monto del aumento. El gobierno ha sugerido que se realice en dos o tres etapas para mitigar su impacto en la economía de los consumidores".

El Gobierno deberá tomar decisiones sobre el aumento del Impuesto al Combustible Líquido (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC), que se habían postergado en múltiples ocasiones en el pasado. Esta última prórroga fue extendida en noviembre del año anterior por el ex ministro de Economía, Sergio Massa.

Además, se plantea la posibilidad de que, tras el descongelamiento, estos impuestos sean actualizados trimestralmente basados en el Índice de Precios, lo que podría impactar en los precios de los combustibles de manera continua.

"Esperamos que esta actualización se realice de manera gradual, ya que con los precios actuales, los próximos aumentos podrían afectar seriamente nuestras ventas. A nivel nacional, ya estamos observando una reducción de entre el 15% y el 20% en las ventas", afirmó Giribone.

Este aumento de los precios de los combustibles se convierte en un tema crucial mientras el Gobierno evalúa cómo compensar la pérdida de ingresos luego de retirar el capítulo fiscal de la Ley Ómnibus, debido a la resistencia de las Provincias a apoyar la suba de retenciones, y tras dar marcha atrás en el proyecto para reinstalar el Impuesto a las Ganancias.

El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) estima que un incremento del 100% en el gravamen (lo que representa la recomposición) podría traducirse en un aumento del 25% en los surtidores. La incógnita persiste en cuántas etapas se llevará a cabo esta recomposición por parte del gobierno nacional.