En las calles argentinas, el sufrimiento de las familias se refleja en la cruda realidad de la pobreza, un fenómeno que se expande día a día. Madres desesperadas se desplazan por las transitadas calles, pidiendo ayuda con sus bebés a cuestas, mientras la Universidad Católica Argentina advierte que la pobreza podría llegar al 50%, afectando especialmente a la clase media baja.
La situación se agrava con el sablazo de las subas de tarifas, que amenaza con ser el golpe de gracia para aquellos en los sectores más postergados salarialmente. La crisis económica se extiende incluso al periodismo, con numerosas empresas pymes y redactores enfrentando salarios por debajo de la línea de pobreza. La pregunta inquietante en la City porteña resuena: ¿Y si todavía no hemos visto lo peor?

Empresarios y financistas, en una última reunión de directorio, se enfrentan a la incertidumbre económica. La transformación visible en el tradicional Bar Bidou refleja la disminución de días de apertura, impactando incluso en los turistas extranjeros que desconocen la realidad económica local. La anunciada decisión de Javier Milei de imponer un ajuste ortodoxo del gasto público toma por sorpresa a la clase media, generando dudas sobre la gobernabilidad y la capacidad de contener la inflación.