San Lorenzo ha protagonizado un veloz movimiento en el mercado de pases, asegurando la llegada de seis jugadores para la temporada 2024. Sin embargo, un desencuentro entre el entrenador Rubén Insua y el presidente Marcelo Moretti ha surgido, marcando el primer conflicto en el club.

El desacuerdo se centra en las contrataciones del mediocampista uruguayo Santiago Viera y del arquero paraguayo Orlando Gill. Insua no solo no solicitó específicamente a estos jugadores, sino que también expresó su preocupación debido a que ambos ocupan cupos de extranjero en el equipo.

El técnico, conocido como "El Gallego", ha dejado claro que prefiere que estas transferencias queden en 'stand-by', permitiendo evaluar posibles oportunidades más adelante durante el mercado de pases.

A pesar de la inhibición del club con Yeison Gordillo, que impide nuevas incorporaciones hasta saldar una deuda de 1.2 millones de dólares, Insua insiste en revisar otras opciones antes de cerrar estas contrataciones.

La situación del cupo de extranjeros podría ser manejable para San Lorenzo, ya que se espera liberar espacio con las salidas de algunos jugadores. Rafael Pérez ya se ha unido a Junior de Barranquilla, y se busca destino para Gastón Ramírez y Diego Perea.

Mientras Insua busca flexibilidad en las incorporaciones, se destaca el interés en el defensor colombiano Jhohan Romaña, quien sí cuenta con el respaldo del entrenador.

En resumen, este primer conflicto entre Insua y Moretti destaca las tensiones en la planificación del plantel, subrayando la importancia de la coordinación entre la dirección técnica y la administración del club.