Tras el 0-0 de la ida, Palmeiras, el campeón defensor, igualó 1-1 con Atlético Mineiro, que tuvo desde el arranque a Nacho Fernández y Matías Zaracho, en Belo Horizonte, y se metió otra vez en la final de la Copa Libertadores. Ahora, el equipo de Felipe Melo definirá el título contra el ganador de la llave entre Barcelona (0) y Flamengo (2).

Toda la emoción de la semifinal entre los equipos brasileños se vivió en el segundo período de la serie: el chileno Eduardo Vargas, de cabeza, abrió el partido a los siete minutos y hasta tuvo la chance de ampliar la ventaja abajo del arco, cuatro más tarde. Una pifia clave que supo aprovechar Dudu después un grotesco error defensivo de Atlético Mineiro para establecer la igualdad definitiva.

Todo se originó cuando Joaquín Piquerez se la tiró larga al ingresado Gabriel Veron por la izquierda y Nathan Silva -ya tenía una tarjeta amarilla- no alcanzó a cerrar a pesar de haber ganado en velocidad. El mediocampista brasileño le ganó con el cuerpo y tiró un milimétrico centro atrás para Dudu, quien no había participado del partido y definió con un derechazo al ras del piso.

Seguramente Atlético Mineiro en general y el portentoso delantero Hulk -estuvo desconocido en Belo Horizonte- en particular, lamentarán su penal malogrado en el partido de ida, cuando como hoy los albinegros fueron superiores a su rival, que hace de la especulación un culto pero, por lo visto, en el campo internacional le da muy buenos resultados.

Solo hubo tiempo para un picante cruce de Felipe Melo y Nacho Fernández en la mitad de la cancha. El reconocido hincha de Boca empujó de atrás al ex Gimnasia y River y luego le pagaron con la misma moneda. Al primero lo amonestaron y al segundo lo reemplazaron.

Así, Palmeiras tendrá frente a sí en la final posiblemente a otro rival brasileño como Flamengo, si los cariocas, que ganaron 2-0 en la ida jugada en el Maracaná la semana pasada, revalidan ese triunfo mañana, cuando desde las 21.30 visiten a Barcelona, de Ecuador, en Guayaquil.