La joven recibió el turno para la vacunación pero no puede concurrir a un centro ya que le es imposible la movilidad. Sus padres solicitan que la inoculación sea domiciliaria para que pueda recibir la inmunización.

Ellos habían aclarado en la solicitud de la vacuna que Carolina no puede trasladarse de su casa, ella vive con atención 24 horas, neuro-rehabilitación y quinesioterapia respiratoria todos los días. Pero al llegar la notificación la citaban al comedor universitario de la Universidad de Córdoba.

"Estamos cansados de que la población electrodependiente esté ignorada. Mande mails al COE para que los incluyeran en grupo de riesgo. Si yo me agarro el bicho es letal para mi hija", lamenta Delma Rodríguez, la mamá de Carolina.