Japón extendió hasta el 7 de marzo el estado de emergencia que rige desde hace un mes en más de una decena de regiones con la mirada puesta en contener la pandemia de coronavirus y poder celebrar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio dentro de seis meses.

El estado de emergencia se mantendrá en 10 de las 11 regiones en las que ya regía, informó el primer ministro, Yoshihide Suga, en una reunión del grupo de trabajo para el coronavirus del Gobierno. Tochigi, al norte de la capital, será la única prefectura en que se levante la emergencia el 7 de febrero debido a que su situación mejoró significativamente, informó el periódico local Kyodo News.

«El número nacional de nuevas infecciones está disminuyendo, pero debemos continuar con esto y disminuir el número de pacientes que están hospitalizados o en estado grave», sostuvo Suga. Bajo el estado de emergencia, se les recomienda a las personas abstenerse de salidas innecesarias, mientras que a los restaurantes y bares se les pide que cierren temprano y a las empresas se les sugiere optar por el trabajo remoto. Además, se limita el cupo de asistencia a grandes eventos.

Si bien las medidas son más laxas que el estado de emergencia de la primavera pasada (marzo-mayo), cuando se cerraron las escuelas de todo el país y algunas empresas cerraron temporalmente, las medidas surtieron efecto.

Tokio informó ayer su cifra más baja en un mes, con 393 casos positivos, muy por debajo de la marca de 2.447 del 7 de enero, cuando se declaró el estado de emergencia actual. Las autoridades sanitarias dijeron que el estado de emergencia podría levantarse antes del 7 de marzo en las regiones en las que la situación mejore significativamente.

Un punto de referencia para una salida anticipada sería que las infecciones diarias estén por debajo de 500, aunque también se considerarán otros factores, como la disponibilidad de camas en los hospitales. Suga, que perdió popularidad por su respuesta ante la pandemia, está luchando para contener el coronavirus a tiempo para poder celebrar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio entre junio y agosto.

Hoy, el presidente del comité organizador, Yoshiro Mori, aseguró que los Juegos, ya pospuestos el año pasado, se celebrarán «pase lo que pase» con la pandemia. «Con seguridad iremos adelante, pase lo que pase con la evolución de la pandemia», dijo, en una reunión entre organizadores y políticos japoneses. «Tenemos que dejar de lado la pregunta de si se celebrarán o no. La pregunta es cómo los vamos a organizar», agregó, citado por la agencia de noticias AFP.

Los hospitales están batallando al límite de su capacidad y los expertos advierten que hace falta tiempo para que la situación mejore. Japón todavía no comenzó a vacunar a su población, aunque planea lanzar su campaña a fin de mes con los trabajadores de la salud, seguidos de las personas de más de 65 años.

Suga declaró el estado de emergencia en el área metropolitana de Tokio el 7 de enero y lo expandió a las otras prefecturas el 13 de enero. A diferencia de otros países que impusieron bloqueos estrictos, Japón no tiene base legal en este momento para castigar a los infractores.

Para agregar fuerza a las medidas, el Gobierno impone multas a los pacientes de coronavirus que se niegan a ser hospitalizados, así como a los restaurantes y bares que ignoran las órdenes de cerrar temprano. Tokio reportó hoy 556 casos de coronavirus, con lo que el total de infecciones desde que estalló la pandemia es de 391.956.